Cuando se manifiesta en forma de brote psicótico, con delirios, alucinaciones de voces y comportamientos paranoides, normalmente en el inicio de la edad adulta, la esquizofrenia está ya en su fase final y podría haber sido detectada antes.
Esta es la opinión generalizada de los expertos, según el amplio informe que publica la revista Nature sobre esta compleja enfermedad mental, que afecta al 1% de la población mundial y que se definió hace un siglo.
Los expertos, sin embargo, no se ponen de acuerdo sobre la conveniencia de realizar campañas de detección precoz, dado el peligro de falsos positivos y que todavía no existe un tratamiento preventivo eficaz. En lo que sí coinciden es en que es una enfermedad asociada al desarrollo del cerebro de la que la psicosis es sólo una parte. Algo muy alejado del enfoque psicoanalítico que prevaleció durante buen parte del siglo pasado. “Pensar en la esquizofrenia como un desorden del desarrollo neurológico en el que la psicosis es una fase final que potencialmente se puede prevenir, (….) nos da nuevas esperanzas de prevención y cura para las próximas dos décadas”, escribe Thomas R. Insel, del Instituto Nacional de Salud de Mental de EE UU.
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Esta es la opinión generalizada de los expertos, según el amplio informe que publica la revista Nature sobre esta compleja enfermedad mental, que afecta al 1% de la población mundial y que se definió hace un siglo.
Los expertos, sin embargo, no se ponen de acuerdo sobre la conveniencia de realizar campañas de detección precoz, dado el peligro de falsos positivos y que todavía no existe un tratamiento preventivo eficaz. En lo que sí coinciden es en que es una enfermedad asociada al desarrollo del cerebro de la que la psicosis es sólo una parte. Algo muy alejado del enfoque psicoanalítico que prevaleció durante buen parte del siglo pasado. “Pensar en la esquizofrenia como un desorden del desarrollo neurológico en el que la psicosis es una fase final que potencialmente se puede prevenir, (….) nos da nuevas esperanzas de prevención y cura para las próximas dos décadas”, escribe Thomas R. Insel, del Instituto Nacional de Salud de Mental de EE UU.