miércoles, enero 05, 2011

Qué es el trastorno obsesivo-compulsivo y cómo tratarlo



Este trastorno ha sido descrito clínicamente desde hace más de cien años pero durante varias décadas se pensó que era una patología poco común; sin embargo, estudios epidemiológicos recientes han hallado que aproximadamente tres millones de norteamericanos con edades comprendidas entre los 18 y los 54 años podrían sufrirlo en algún momento de sus vidas (para que se posea una magnitud del problema, esto representaría el 2,3% de las personas de este grupo etáreo).

Pero… ¿qué es el trastorno obsesivo-compulsivo?

El trastorno obsesivo-compulsivo (más conocido en el lenguaje clínico como TOC) es una disfunción que hace que las personas tengan pensamientos indeseados (obsesiones) y que repitan ciertos comportamientos una y otra vez (compulsiones).

Pollit, en el 1956 lo describía como “una idea, pensamiento, imagen, sentimiento o movimiento que se acompaña de una compulsión subjetiva y del deseo de resistirse a ella ya que el individuo la considera como algo externo a él y causado por la normalidad en que ha caído”.


Vale aclarar que todos tenemos hábitos y rutinas que forman parte de nuestra vida diaria sin que estos se conviertan en una compulsión que afecten nuestra salud y nuestro equilibrio psicológico. Un ejemplo de estas rutinas puede ser cepillarse los dientes antes de ir a la cama o poner en perfecto orden la ropa que usaremos al día siguiente.

Al contrario, una de las peculiaridades que matizan a las personas con el trastorno obsesivo-compulsivo es que sus compulsiones generalmente no tienen ningún sentido lógico pero a la misma vez, son incapaces de refrenar estos impulsos, convirtiéndose los mismos en una verdadera problemática para su desempeño cotidiano.
¿Qué son las obsesiones?

Las obsesiones son ideas, imágenes e impulsos que pasan por la mente de una persona y se repiten una y otra vez cual si fuese un disco rayado y no se relacionan con preocupaciones “normales” como pueden ser el estado de salud o la situación económica que se atraviesa. Una persona que sufre el trastorno obsesivo-compulsivo no desea tener estos pensamientos y los encuentra perturbadores, pero es incapaz de controlarlos. En los primeros momentos estos pensamientos solo aparecen de vez en cuando pero con el paso del tiempo pueden llegar a ocupar una buena parte del día.

Sin embargo, los pacientes obsesivos compulsivos dejan transcurrir varios años antes de buscar apoyo psicológico por lo que cuando acuden a la consulta algunos de sus parámetros han asumido proporciones que interfieren seriamente en sus actividades cotidianas.

¿Cuáles son las obsesiones más comunes?

Si bien la lista de obsesiones podría ser inmensa, a continuación se resumen aquellas consideradas como las más comunes:

- Miedo a la suciedad o a los gérmenes
- Disgusto por los desechos o los líquidos corporales
- Preocupación por el orden, la simetría o balance y la exactitud
- Pensar en ciertos sonidos, imágenes, palabras o números
- Miedo de tener pensamientos “malos” o pecaminosos
- Necesidad de asegurarse continuamente de las cosas aún cuando sabe que han sido cumplidas a la perfección

¿Qué son las compulsiones?

Los pensamientos indeseados hacen que las personas que tienen un trastorno obsesivo-compulsivo se sientan nerviosas y con miedo. Así, para deshacerse de estos sentimientos tienden a realizar ciertos comportamientos de acuerdo a determinadas “reglas” que ellos mismos elaboran. Estos comportamientos son conocidos como compulsiones y en ocasiones asumen la forma de verdaderos rituales muy complejos. Por ejemplo, una persona que tiene un trastorno obsesivo-compulsivo en sus inicios puede tener ideas obsesivas vinculadas con los gérmenes; debido a estos pensamientos puede llegar a lavarse las manos una y otra vez después de usar un baño público. Cuando el trastorno se encuentra más evolucionado, la persona incluso llega a hacerse daño lavándose las manos con detergentes muy fuertes que pueden provocarles lesiones cutáneas.

Estos comportamientos se salen del control de la persona y usualmente producen cierta satisfacción aliviando la tensión y el nerviosismo por un periodo de tiempo más o menos corto. Cuando el miedo vuelve a aparecer la persona se ve compulsada a repetir nuevamente esta rutina.

¿Cuáles son las compulsiones más comunes?

Como puede presuponerse, existe un amplio espectro de compulsiones; si bien puede afirmarse que las más comunes son:

- Limpiarse (lavarse continuamente las manos, tomar baños o cepillarse los dientes una y otra vez)

- Revisar (controlar los cajones, puertas y aparatos eléctricos para asegurarse de que están cerrados, con seguro o apagados)

- Repetir actos (salir y entrar por una puerta, levantarse y sentarse de un asiento o tocar ciertos objetos varias veces)

- Organizar (ordenar y disponer los objetos de un modo muy preciso)

- Contar (tanto las cosas que aparecen delante de sí, como contar hasta legar a cierto número)

- Guardar (atesorar objetos como periódicos, correspondencia o empaques que ya no son necesarios)

¿Cuáles son los síntomas principales del trastorno obsesivo-compulsivo?

Como ya se puede presuponer, las personas que sufren este trastorno usualmente:

- Tienen pensamientos o imágenes repetidas que no se asocian con una preocupación latente y explicable lógicamente.

- Realizan los mismos comportamientos o rituales una y otra vez intentando eliminar la tensión que les producen sus pensamientos indeseados.

- Son incapaces de controlar tanto los pensamientos que acuden a su mente como los comportamientos posteriores.

- Pasan por lo menos una hora al día con estas ideas y comportamientos, los cuales le causan una gran angustia e interfieren en sus vidas cotidianas.

¿Cuándo comienza el trastorno obsesivo-compulsivo?

Para muchos esta problemática inicia durante la niñez o la adolescencia; de hecho, la mayoría de los diagnósticos se realiza alrededor de los 19 años de edad, lo cual no indica que no pueda aparecer en edades más avanzadas. Vale puntualizar que los síntomas de este trastorno pueden aparecer y desaparecer en diferentes momentos de la vida.

¿Cuál es la causa del trastorno obsesivo-compulsivo?

Hasta el momento no se poseen datos concluyentes si bien muchos especialistas abogan por la química cerebral, específicamente cambios en los niveles de serotonina, ya que muchas personas con el trastorno obsesivo-compulsivo muestran mejorías cuando consumen medicamentos que aumentan los niveles de serotonina.

¿Cuál es el tratamiento para el trastorno obsesivo-compulsivo?

La terapéutica conductual ha demostrado ser bastante efectiva en el tratamiento de este trastorno si bien es necesario cierto tiempo antes de comenzar a apreciar los resultados. La estrategia más común es la desensibilización sistemática mediante la cual el terapeuta expone al paciente a sus miedos creando una situación controlada. La idea esencial es demostrarle a la persona que sus comportamientos compulsivos son del todo innecesarios, enseñándoles a la misma vez a controlar la ansiedad que le provocan determinadas situaciones.
En muchas ocasiones la terapia psicológica se combina con la medicamentosa utilizando medicamentos como: la clomipramina, fluoxetina, sertralina, paroxetina y la fluvoxamina.

Fuentes: bitacoramedica.com

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