Cuando una persona consume fármacos por motivos distintos a los previstos en un primer momento, o bien en cantidades superiores a la recomendada, nos hayamos ante un problema.
Este problema se denomina farmacodependencia y como su nombre indica, hace referencia a la dependencia a una sustancia, la búsqueda y utilización compulsiva de esta.
Su consumo se prolonga más de lo necesario aún cuando las consecuencias y efectos secundarios para la persona son muy negativas.
Por esta razón el consumo de fármacos tiene que estar siempre totalmente controlado y ser recomendado por un médico especialista.
Una vez ingeridos, los fármacos actúan de diferentes maneras, las cuales debemos conocer:
- Por sustitución, cuando suplen alguna sustancia que falta en el organismo, como el caso de la insulina para los diabéticos.
- Los antibióticos, antivirales o antifúngicos actúan contra un organismo invasor destruyendo y bloqueando los microorganismos patógenos.
- En el metabolismo celular, como por ejemplo los antidepresivos que actúan en las membranas celulares.
- En el caso de las vitaminas los medicamentos funcionarán como aporte, añadiendo al organismo las sustancias que estén disminuidas por déficits nutricionales.
Entre los medicamentos que podemos considerar de riesgo, al ser los más adictivos, nos encontramos: Los analgésicos, para controlar el dolor,vomitivos y diarréicos, utilizados por personas con trastornos alimenticios; antipresivos o tranquilizantes, medicamentos para evitar el insomnio, relajantes musculares, para control de peso. También podemos encontrar los barbitúricos y las anfetaminas.
Fuente hogarutil.com
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