sábado, abril 08, 2017

¿Por qué es importante la evaluación en psicoterapia?

Está bastante generalizada la idea (y no solo entre la opinión popular) de que en psicoterapia no es necesario realizar una evaluación previa de la persona que acude a consulta. Podemos pensar que el psicólogo, solo con conversar e indagar un poco en la vida del paciente, ya se hace una idea de qué es lo que le ocurre y, directamente, comienza a intervenir según su criterio. Y esto puede resultar peligroso.

Muchas veces confundimos evaluar con poner una etiqueta al paciente, o con ‘deshumanizar’ el trato que damos a la persona, y nada más lejos de la realidad. No se trata de etiquetar, sino de conocer de la manera más objetiva posible desde dónde partimos para saber hacia dónde vamos y, por el camino, poder ir comprobando cómo va el proceso. Por supuesto, tampoco es cierto eso de que se pierde ‘humanidad’ para con la persona que viene a resolver su problema; la evaluación no está reñida con la empatía, ¡es justo lo contrario!

En una entrevista con José Muñiz, catedrático de Psicometría en la Universidad de Oviedo, la revista Infocop ha podido obtener una información muy valiosa sobre el tema.

Según este eminente psicólogo, lo primero que hay que hacer para poder cambiar algo, es medirlo. De esta manera, podremos conocer realmente cuál su estado y hacer un diagnóstico preciso que nos ayude a intervenir eficazmente. Para ello, el profesional que realiza la evaluación debe tener una formación adecuada, los instrumentos de medida tienen que ser de calidad y, por último, el uso que se haga de dichos instrumentos ha de ser el apropiado.

Por otro lado, hace una puntualización que resulta bastante necesaria. Lo más habitual es que se confunda evaluación psicológica con aplicación de tests, y no son sinónimos. Los tests son instrumentos que utilizamos en el proceso de evaluación, pero no son los únicos. Además, se necesitan otras fuentes de recogidas de datos y, cómo no, el juicio clínico del profesional que la esté llevando a cabo. La entrevista al paciente, hablar con la persona, entender por qué está ahí y qué le pasa, es algo imprescindible, así que esa idea extendida de que evaluar significa pasar una batería de tests sin apenas reparar en quién tenemos enfrente es completamente errónea.

Otra importante psicóloga en nuestro país, Fernández-Ballesteros, catedrática de Psicología Biológica y de la Salud en la Universidad Autónoma de Madrid, divide el proceso de evaluación en varias fases. Su descripción es muy detallada, con el objetivo de permitir a los profesionales diagnosticar, orientar, seleccionar o intervenir siempre con garantías científicas y éticas. Sin embargo, aquí la reduciremos un poco para realizar una descripción más sencilla de comprender.

La evaluación en psicoterapia consiste, por tanto, en lo siguiente:

1.    Análisis del caso: se especifica la demanda y el problema que trae la persona a consulta, se formulan hipótesis que se puedan comprobar, y se contrastan dichas hipótesis.

2.    Organización e información de los resultados: se dan respuesta a las cuestiones planteadas por el paciente, se facilita un informe (ya sea de forma oral o por escrito) y se toman las decisiones pertinentes para la intervención.

3.    Planificación y puesta en marcha de la intervención psicoterapéutica.

4.    Valoración y seguimiento: deben llevarse a cabo nuevas evaluaciones durante el proceso de terapia para saber qué efectos está teniendo la intervención, analizar si se están logrando los objetivos propuestos. Si no es así, hay que replantearse las decisiones que se han tomado y volver a evaluar hasta comprobar que se está consiguiendo lo esperado y la persona está alcanzando sus metas.

Ahora bien, el proceso de evaluación no debe terminar inmediatamente después de confirmar la efectividad del tratamiento. No solo es importante que haya surtido efecto la intervención, sino también hay que comprobar que no se desvanezca con el paso del tiempo. Por tanto, se hace fundamental realizar un seguimiento del caso después de un periodo de tiempo que puede variar entre tres meses y un año. Con esto podremos saber si los resultados obtenidos tras la terapia se están manteniendo o no.

Como podemos comprobar, la evaluación en psicoterapia no es algo sin importancia que pueda obviarse sin más. Al contrario, es un requisito indispensable si lo que queremos es tener un servicio de garantía y control de calidad, y es lo que distingue a un buen profesional.

Via huelva24.com

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