lunes, febrero 13, 2017

Cinco miedos de futuro que te hacen sufrir

Los miedos hacen referencia, principalmente al futuro. Sin embargo, el temor tiene diferentes formas y matices. ¿Cuáles son las formas de temor más comunes?

El miedo a la soledad

El miedo a la soledad en la vejez es uno de los fantasmas emocionales que sufren muchas personas. Un temor que afecta a tu presente cuando te pones en lo peor respecto de tu mañana. La realidad es que en tu presente, trasciende a tu propia voluntad saber qué circunstancias pueden darse a partir de tus 80 años. Por esta razón, intenta vivir conectado en el ahora. Porque mientras no puedes adivinar con exactitud el mañana sí puedes crear este momento.

El miedo a la soledad se vive desde las primeras etapas de la vida. Miedo a la oscuridad o tristeza ante el aislamiento social son formas que hacen acto de presencia en la infancia.

El miedo a los problemas económicos

El temor a perder un trabajo y vivir una etapa de inestabilidad económica es uno de los que más condiciona a los profesionales. Muchos trabajadores han tenido en algún momento el miedo a ser despedidos aunque finalmente, esta circunstancia no se diese. Un trabajo es mucho más que una forma de ocupación. Es un medio de estabilidad necesaria para poder tomar decisiones de futuro.

Miedo a la muerte de los seres queridos

La pérdida de los seres queridos produce tristeza en el mismo instante en el que imaginas que eso pueda pasar. Y la conciencia de saber que este hecho ocurrirá en algún momento puede producir angustia. Estas pérdidas personales pueden producir tanto temor como la muerte propia ante el apego a la vida como seguridad existencial.

La muerte es uno de los grandes misterios de la existencia, un hecho que despierta un horizonte de preguntas. Pero también, de vacíos personales.

Miedo a lo desconocido

Este es uno de los temores que nos lleva a observar lo conocido como una opción mejor que cualquier otra que nos hace salir de nuestra zona de comodidad para abrir la puerta de una posible incertidumbre. De este modo, la búsqueda del apego es un arraigo muy frecuente.

Miedo a la vida

No solo es posible sufrir temor a la muerte, sino también, temor a la vida. Una forma de miedo que se traduce en el deseo de buscar la seguridad constante en cada paso. Por ejemplo, es posible sentir angustia ante la idea de emprender un reto y que salga mal. Este tipo de temor va mucho más allá de la tristeza ante el fracaso.

Es imposible reducir el miedo a cero. Vivir significa sentir. Y este sentimiento, aunque desagradable, es necesario. Te permite conocerte mejor a ti mismo, obtener una información valiosa sobre tu propia historia. Sin embargo, cuídate de estos miedos porque tienen tal peso que si nos dejamos llevar por esta inercia corremos el riesgo de quedar aplastados en una oscuridad vital que apaga nuestra luz interior. ¿Por qué motivo? Porque los miedos no te dejan ser tú en todo tu potencial de amor.

Via psicoblog.com

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