sábado, diciembre 10, 2016

Tratamientos para la depresión: universidades proponen nuevas alternativas

La depresión es un estado común en ciertos momentos de la vida, sin embargo si supera el umbral del control puede transformarse en una depresión clínica, e incluso alcanzar un estado de “enfermedad médica grave”, que en casos extremos puede derivar en suicidio.

Para curar la depresión los médicos hoy están buscando nuevas estrategias, ya se sabe tiene múltiples causas, muy diferentes entre sí, que van mucho mas allá de un simple trastorno psicológico.

Dado el pobre resultado de los tratamientos con medicamentos clásicos, la Universidad de Washington anunció el 1 de diciembre que analizará las respuestas de los enfermos frente a la administración de diferentes tipos de fármacos. El estudio planea gastar 13,5 millones de dólares “para identificar las estrategias más propensas a trabajar con pacientes específicos”, de cada una de los diferentes tipos de depresión.

Paralelamente, para ayudar a los depresivos crónicos en estado de crisis, otro equipo médico propuso el 8 de diciembre un marcador sanguíneo que revela los componentes de la sangre característicos de los momentos  de mayor crisis y estrés. La Universidad de Lund y La Universidad de Malmö, ambas en Suecia, ofrecen este examen para alertar a los pacientes, y prevenir posibles suicidios.

¿Cúal es la razón de esta preocupación y de estas nuevas guías en la medicina? Es que ya la comunidad científica parece concordar que los tratamientos con antidepresivos no están dando resultado, pese a que son los recomendados oficialmente, Además están costando millones de dólares a los gobiernos, a los bolsillos de los afectados, y sus familias.

La depresión clínica “es más que una sensación de estar triste o ‘azul’ por unos días”. Cuando estos sentimientos no desaparecen, “persisten e interfieren con su vida cotidiana”, destaca la Librería Nacional de Medicina (Medline) de Estados Unidos, país que cuenta con más de 19 millones de adolescentes y adultos diagnosticados con depresión.

Mientras la Universidad de Washington se focaliza en los medicamentos oficialmente autorizados, otras instituciones alertan sobre los peligros de la suministración de fármacos antidepresivos.

Entre las terapias alternativas, un estudio de la Universidad de Emory, de 2012. recomiendó curar la depresión enfocándose en tratar una de sus causas, la inflamación, ya que en estos pacientes va muy asociada; en cambio el Centro Médico de Doyer, Dalaware, en uno de sus estudios apunta al uso de la Vitamina D, para salir del estado activo y grave de la enfermedad.

La Universidad Rutgers de Nueva Yersey, presentó en febrero su  estudio que confirma que la meditación reduce los síntomas de la depresión en al menos un 40 por ciento. Previamente la Universidad Yale reveló en su estudio de 2011 la eficacia de la meditación en múltiples enfermedades.
Estrategia focalizada en antidepresivos

“Los adultos mayores a los que se prescriben antidepresivos a menudo encuentran que no mejoran con la primera o segunda medicación que se les recetan”, dijo el Dr. Eric J. Lenze, profesor de psiquiatría de la U.de Washington al presentar su estudio con diversos tratamientos de prueba, que se espera “mostrará qué tratamientos funcionan mejor y cuáles son más seguros”.

“Nos ayudará a personalizar el tratamiento”, aseguró el académico. Se espera además que responda al dilema con que a menudo se encuentran los pacientes afectados, sobre “cuál es el pronóstico” de su estado.

A los pacientes que ya lleguen tomando uno de los antidepresivos usuales, llamados ISRS (inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina), entre los que se incluyen Prozac, Paxil, Zoloft o Lexapro, el especialista propone probar agregar un segundo de ellos, como aripiprazol (Abilify) o el bupropión (Wellbutrin).

A un segundo grupo de pacientes en cambio interrumpirá sus fármacos antidepresivos actuales y los cambiará a tomar sólo bupropión.

“Los adultos mayores, en particular, tienden a estar ya en más medicamentos, por lo que agregar otro medicamento puede ser riesgoso simplemente porque esa persona está tomando más medicamentos. Cambiar a un medicamento diferente puede funcionar mejor, pero ahora mismo, no sabemos qué es lo mejor”, dijo el Dr. Lenze.

Los pacientes serán monitoreados cerca de 10 semanas. “Si después de 10 semanas ya no son considerados clínicamente deprimidos, se terminará con el estudio. Sin embargo, los investigadores los seguirán durante un año para ver si su depresión permanece a raya”, dijo el médico.

Estrategia del litio

“Si una persona no se beneficia de la adición de un segundo antidepresivo, tal vez se alivian si su médico agrega litio”, sugirió el Dr.Lenze. “Hace décadas, eso era lo que los psiquiatras solían hacer. Pero eso no se hace mucho más porque el litio puede ser una droga difícil de usar”.

Según el médico, “con las precauciones adecuadas, el litio puede ser una opción altamente eficaz que podría ayudar a más pacientes”.

La nortriptilina

Como tercera alternativa, la Universidad de Washington propone probar los antidepresivos desarrollados antes de que aparecieran los ISRS.

“Tendemos a no usar tanto estos medicamentos porque requieren una monitorización adicional del paciente para los niveles sanguíneos de la droga. Pero, una vez más, queremos saber si esta opción más antigua podría ser una opción efectiva y práctica para algunos pacientes cuya depresión no responde a los fármacos que usamos con más frecuencia”, señaló el Dr. Lenze.

Antiinflamatorios

Los investigadores de la Universidad Emory expusieron en 2012 que un medicamento que inhibe la inflamación puede ofrecer una nueva esperanza para las personas con depresión difícil de tratar.

“La inflamación es la respuesta natural del cuerpo a la infección o la herida”, dijo el profesor de psiquiatría Andrew H. Miller, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Emory. “Sin embargo, cuando la inflamación es prolongada o excesiva puede dañar muchas partes del cuerpo, incluyendo el cerebro”.

El Dr. Miller aseguró que estudios anteriores han sugerido que “las personas deprimidas con evidencia de alta inflamación son menos propensas a responder a tratamientos tradicionales para el trastorno, incluyendo medicamentos antidepresivos y psicoterapia”.

El médico empleó infliximab, un fármaco utilizado para tratar enfermedades autoinmunes e inflamatorias tales como artritis reumatoide y enfermedad inflamatoria intestinal. En este caso, el fármaco es un anticuerpo que bloquea el factor de necrosis tumoral (TNF), una molécula clave en la inflamación que ha demostrado ser elevada en algunos individuos deprimidos.
Ketamina y la ineficacia de antidepresivos

La Universidad de Georgia considera que para las estrategias del tratamiento de la depresión, hay que considerar que la mayoría de los antidepresivos usados en el pasado, no son efectivos.

La mayoría de los usados en los últimos 60 años “trabajan de la misma manera: elevan los niveles de sólo unos pocos selectos neurotransmisores, sustancias químicas que transmiten señales entre las células del cerebro, como la serotonina. Esto significa que si la depresión no es causada por los bajos niveles de estos neurotransmisores específicos, el paciente continuará sufriendo”, destacó la academia en su reporte de febrero de 2015.

El Dr. Scott Myers, de la U. de Georgia, propuso usar fármacos sedantes, como el anestésico Ketamina que tiene su uso como anestesia general de urgencia en los hospitales. También es conocido como sustancia psicoactiva y alucinógena, que actúa bloqueando receptores del cerebro, los N-methyl-D-aspartate (NMDA).
Peligros en la estrategia de medicamentos

Estudios previos de la Universidad de California (UCLA) revelaron los riesgos de usar antidepresivos llamados ISRS (inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina), sobre todo en las embarazadas. Experimentos en animales demostraron que los hijos de las madres tratadas con antidepresivos eran notablemente más ansiosos en su vida adulta.

La aplicación de antidepresivos en las madres determinó una respuesta genética que causó alteraciones del estado de ánimo en los hijos ya adultos. Los ISRS como Prozac y Lexapro actúan bloqueando las acciones de un tipo de proteína llamada transportador de serotonina.

“Es una cuestión vital porque el 5 por ciento de todos los bebés nacidos en los Estados Unidos – más de 200.000 al año – están expuestos a los antidepresivos a través de la transmisión de sus madres durante la gestación”, destacó la profesora Anne Andrews, autora principal del estudio de la UCLA.

Se estima a su vez que el estrés y la ansiedad derivan posteriormente en una mayor depresión.

Vitamina D

El Doctor Sonal Pathak, endocrinólogo del Centro Médico de Doyer, Dalaware, propuso en un encuentro de endocrinología en 2012, administrar diez minutos diarios de luz solar a los pacientes con depresión grave. La vitamina D del Sol es un estímulo clave para decir adiós a la depresión.

El doctor Pathak señaló que mujeres con depresión grave asociadas a diabetes y enfermedades del tiroides, presentaban baja exposición al Sol. Se les encontró niveles de 8 a 14 nanogramos de vitamina E por mililitro de sangre, siendo que los niveles límites mínimos son de 21 ng, y los normales, de 30 ng, según la Sociedad de Endocrinología.

Después de 2 semanas de terapia, se encontró que el nivel de la sangre mejoró a 30 y 32 ng.

Meditación para hacer personas más felices

La Universidad de Rutgers creo un programa combinado de meditación y ejercicio puede reducir la depresión, con notables resultados.

El estudio, publicado en Translational Psychiatry en febrero de 2016, encontró que hacer los ejercicios dos veces por semana durante sólo dos meses redujo los síntomas de un grupo de estudiantes en un 40 por ciento.

“Estamos emocionados por los hallazgos porque vimos una mejoría significativa en estudiantes clínicamente deprimidos y no deprimidos”, dijo Brandon Alderman, autor principal del estudio de investigación.

“Es la primera vez que ambas de estas dos terapias conductuales han sido estudiadas juntas para tratar con la depresión”, señaló el especialista.

“Los científicos han sabido de hace un tiempo que estas dos actividades por sí solas pueden ayudar con la depresión“, explicó la profesora de psicología Tracey Shors, añadiendo que “este estudio sugiere que cuando se hacen juntos, hay una sorprendente mejora en los síntomas depresivos junto con aumentos en la actividad cerebral sincronizada”.

La Universidad de Yale destacó en 2011 los beneficios de la meditación como tratamiento de múltiples enfermedades.

La buena capacidad de meditación resultó directamente asociada a un alto nivel de felicidad. Los lunes de noviembre y diciembre de 2016, la academia ofreció un programa regular de meditación para estudiantes y profesores.
La presentación de los tambores a la cintura precedió la muestra de ejercicios de la disciplina Falun Dafa ante centenares de bachilleres de la Universidad Alva Edison el 3 de Octubre en Puebla, México.

Marcadores para evitar el suicidio

Hay estudios en enfermos diagnosticados con depresión crónica, que han demostrado que en los momentos de estado de crisis se observan altos niveles de ADN mitocondrial libre y cortisol circulando en el plasma de estos pacientes, informó la Universidad de Lund al presentar su estudio el 8 de diciembre.

Médicos de la Universidad de Lund y la Universidad de Malmö presentaron el uso de marcadores para medir estos niveles en la sangre, como una señal de alerta. Ellos encontraron que estos niveles fueron altos en los pacientes suicidas.

“Creemos que el aumento de los niveles en pacientes suicidas se debe a su exposición a un estrés severo durante períodos más largos que los (sufridos por) sujetos sanos. Un mayor nivel de cortisol puede causar mal funcionamiento de las células del cuerpo, lo que a su vez contribuye a un aumento de los niveles de ADN mitocondrial libre en la sangre”, dijo Lars Ohlsson, profesor de la Universidad de Malmö.

“La cantidad de ADN mitocondrial en el plasma libre de células es un nuevo e interesante marcador de estrés que puede utilizarse en futuros estudios psiquiátricos, pero los resultados tienen que ser replicados en otros grupos de pacientes también. Una pregunta clave será cómo el biomarcador cambia con el tiempo en relación con los síntomas del paciente mejora o deterioro “, agregó Åsa Westrin, profesor de psiquiatría de Lund.

El cortisol es una hormona es liberada en el cuerpo frente a situaciones de estrés. Altos niveles de cortisol se han encontrado en pacientes deprimidos y suicidas en estudios previos. Son un signo de un sistema de estrés hiperactivo.

Los académicos explicaron que consideraron el hecho que los individuos deprimidos tienen un mayor nivel de ADN mitocondrial en sus células inmunes vinculado a eventos estresantes de la vida. Además, por otros estudios se sabe que el aumento del estrés y los niveles de cortisol están vinculados a una mayor cantidad de ADN mitocondrial.

    Sentirse triste o “vacío”
    Pérdida de interés en las actividades favoritas
    Comer en exceso, o no querer comer en absoluto
    No poder dormir ni dormir demasiado
    Sentirse muy cansado
    Sentirse desesperado, irritable, ansioso o culpable
    Dolores, dolores de cabeza, calambres o problemas digestivos
    Pensamientos de muerte o suicidio

Todos estos estados que pueden ser comunes, están incluidos en la depresión, aunque ninguno por sí solo constituye una enfermedad. Las personas cuentan con numerosos estímulos que las ayudan a salir del estrés y la depresión. Estos son capaces de generar las respuestas físicas adecuadas en el cuerpo.

Via lagranepoca.com

1 comentarios:

  1. Si usted está sufriendo de ansiedad y / o depresión, recomiendo el Depresión de la depresión sistema. Escrito por un ex enfermo de depresión, enseña un sencillo proceso de siete pasos para eliminar la depresión de tu vida.

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