jueves, septiembre 01, 2016

Amok ¿una patología sólo asiática?

  El Amok, del malasio “meng-âmok” (atacar y matar con ira ciega), es un trastorno mental reconocido originalmente en poblaciones masculinas del sudeste asiático (Malasia, Indonesia, Filipinas, Polinesia etc). El síndrome discurre en las siguientes etapas:

    El sujeto sufre una herida en su amor propio
    Se aísla unos días de la comunidad, deja de comer y hablar, muestra introversión, preocupación, pesadumbre y síntomas depresivos moderados.
    Regresa de forma súbita y sin provocación alguna presenta una intensa furia y una conducta muy agresiva mientras corre incontroladamente intentando matar a todo ser vivo que encuentre a su paso.

La letalidad del episodio depende de que vaya o no armado. Es frecuente que el sujeto se suicide en el episodio pero, si sobrevive, presenta al finalizar un estado de confusión en el que no recuerda nada de lo sucedido. El subtipo Beramok (menos frecuente) va precedido de una pérdida afectiva importante y síntomas de duelo intensos.

El trastorno fue recogido de la cultura ancestral malaya por el psiquiatra norteamericano Dr. Joseph Westermeyer en 1972 en los orígenes de la psiquiatría transcultural.

Esta rama de la psiquiatría estudia trastornos que solo aparecen en culturas y áreas geográfica determinadas como:

    “Koro” (el sujeto cree que el pene se le ha empezado a retraer y que finalmente se introducirá en el abdomen y morirá).
    “Latah” (conducta automática de imitación que afecta sólo a las mujeres y sigue a un estrés agudo).
    “Windigo” (pérdida por el apetito por la comida habitual y temor a ser poseído y desarrollar apetito caníbal).
    Ataque de nervios (crisis de rabia con gritos y tormenta de movimientos como pataleo en el suelo)
    “Piblokto” (reacción disociativa en mujeres que realizan conductas peligrosas y desaparece sin recuerdo alguno del hecho).

Aunque el en Asia se considera que el Amok se debe a un influjo diabólico transitorio, el Dr. Joseph Westermeyer lo relacionó con la frustración, la provocación o la  humillación. Encontramos equivalentes culturales en:

    “El mal de pelea” (Puerto Rico).
    “Itch’aa” (indios navajos).

 Otra área e estudio de la psiquiatría transcultural son las variaciones locales en la expresión y curso de enfermedades universales. Estos estudios han podido verificar una evolución más benigna de la esquizofrenia en oriente y un impacto social mucho menor que en occidente. Por otro lado, el sentimiento de culpa es un elemento nuclear en una depresión occidental pero está ausente en una depresión asiática. Por último señalaremos que la expresión gestual de un síntoma es mayor en la sociedad occidental marcada por el individualismo que en un grupo asiático donde lo importante es la armonía del grupo y por tanto tal expresión se reprime.

El Amok es más frecuente en personalidades paranoides y narcisistas que son particularmente sensibles a los insultos en su amor propio. Una traducción occidental de esta patología queda recogida por Joel Schumacher en su película “Un día de furia” que interpreta magistralmente Michael Douglas. 

Parece evidente que en occidente contamos con trastornos geográficamente equivalentes al Amok que podrían estar detrás de una gran parte de las masacres que hemos vivido en los últimos años por asesinos con inspiración racista, política o religiosa (Columbine, Utoya, París, Niza, Munich etc).

  Según la teoría psicoanalítica todos somos asesinos potenciales pero reprimimos ese impulso para mejorar nuestro funcionamiento. Solo en determinadas situaciones ese impulso reprimido puede emerger y dominar nuestra conducta (“el retorno a lo reprimido”). El Amok, Captagón® que administra el ISIS a sus soldados antes de la batalla, el alcohol en algunos casos o la misma guerra potencian esta transformación de los hombres en bestias. 

El sujeto que protagoniza una masacre similar al Amok en nuestro medio lo hace con frecuencia en un estado disociativo (trance, fuga disociativa y despersonalización disociativa) lo que explica que su recuerdo de lo sucedido sea en general confuso. Lo cierto es que mientras el Amok obedece a un rapto incontrolable de furia, la variante occidental, en caso de existir, contaría con una planificación previa.

Diferencias tan sólo culturales en una especie homogénea genéticamente.

Via grupodoctoroliveros.com

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