lunes, agosto 01, 2016

5 ideas para unas vacaciones mentales y emocionales

Se supone que las vacaciones son momentos para descansar y desconectar de nuestra vida diaria. Pero muchas veces esto no pasa. Seguimos “conectados” al trabajo a nivel mental o emocional y no nos permitimos descansar adecuadamente.

Entramos en un espiral de estrés y de responsabilidad excesiva que nos hace estar de vacaciones pero cómo si en realidad siguiéramos trabajando. Por eso es muy importante en estas fechas, pero también durante todo el año, tomarnos momentos de pausa. Parar nuestra mente y nuestro estrés para poder relajarnos y ayudar a nuestro cerebro a que conecte con otras cosas diferentes de nuestra rutina diaria.

¿Qué son las vacaciones mentales?

Momentos donde podemos “desconectar” de todo nuestro pensamiento, esto lo podemos llevar a cabo en cualquier lugar y en cualquier momento del año. Hacer vacaciones mentales no quiere decir dejar la mente en blanco, sino cerrar el apartado trabajo de nuestro cerebro y poner nuestra mente en “modo descanso y ocio”. Vacaciones mentales también es dejar de pensar en las mismas cosas de siempre. ¿Qué tal cambiar alguna rutina, disfrutar de un buen libro o desconectar un fin de semana fuera con la familia?¿Cómo se hace para que nuestro cerebro entienda que no hemos de pensar en nuestro trabajo? Aquí un ejercicio práctico que os puede ayudar.

¿Qué son las vacaciones emocionales?

Las vacaciones emocionales son aquellas donde podemos dejar el estrés de lado y enfocarnos en momentos que nos aporten tranquilidad y calma en nuestro presente. Toma consciencia de tu respiración, dale un respiro a tu estrés y ansiedad y empieza a notar tu silencio interior. Aquieta tu mente para luego poder dejar entrar algo nuevo. Deja para otro momento los dramas, los problemas o las penas y céntrate en disfrutar del momento presente.

5 ideas para SENTIR que tienes unas vacaciones EMOCIONALES Y MENTALES

    Cierra asuntos pendientes: de trabajo o de tu día a día. Si no se terminan nunca, postergalos para después de vacaciones.

    Date una pausa con tu rutina: Sentir que estás de vacaciones no depende de ir a la playa o la montaña. No depende de viajar. Sino depende de que seas capaz de tomarte un respiro. Respira y date cuenta que estás vivo.

    Prueba de cambiar tus hábitos un poco: Levántate más tarde, ves a comprar el desayuno, cambia de ruta al ir a buscar metro...

    Experimenta cosas nuevas: no planifiques mucho. no hace falta que sea un viaje, puede ser probar una comida nueva, hacer una receta que nunca has elaborado, leer un género al que no estás acostumbrado, perderte por calles sin saber la ruta que haces...

    Rodéate de gente nueva o personas que no ves hace tiempo: Haz algún pequeño plan con amigos que hace tiempo que no ves, o atrévete a conocer a gente nueva.


Via psicoemocionat.com

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