viernes, junio 24, 2016

Adicción a los juegos ¿qué hay de verdad?

Roger tiene 14 años y viene a mi consulta desde hace unos meses por un problema concreto. Sin embargo, hace unas semanas, sus padres acuden a consulta sin él porque están preocupados porque no saben como controlar la elevada impulsividad e irritabilidad de su hijo.

Aunque en principio esto podría ser debido al trastorno de origen de Roger, hay alguna cosa que no acaba de quedar clara.

¿por qué, siendo que ya había mejorado, se dan estas explosiones de irritabilidad? Pregunto a los padres por cambios en los hábitos diarios y, tras muchas vueltas, aparece el “culpable” y tiene nombre: LOL (League of Legends), uno de los videojuegos más adictivos existentes. El tratamiento no se prevé fácil…

Los videojuegos son las formatos que más han revolucionado el mundo del ocio tanto entre menores como mayores de edad. Además, se trata de una industria en expansión que factura grandes cantidades de dinero, puesto que cuenta con millones de usuarios distribuidos alrededor del mundo. Por este motivo, constantemente surgen nuevos juegos o actualizaciones sorprendentes de los ya existentes, que intentan acercar al usuario un entorno lo más vivido y real posible en el que, además, se pueda jugar con diversos jugadores que se hallan en otras partes del mundo y son, por tanto, unos completos desconocidos.

Todo ello produce que el juego sea muy divertido y estimulante y con un alto poder adictivo ya que suelen fomentar la competitividad.
Aumento de las consultas por adicción a videojuegos

El uso abusivo de las nuevas tecnologías por parte de los adolescentes ha producido que se tripliquen en los últimos cinco años las consultas debidas a esta cuestión.

Así, la unidad de conductas adictivas del adolescente del Hospital Sant Joan de Déu, se fundó en 2007 para atender a chicos con problemas con sustancias tóxicas, sobre todo, cannabis. Sin embargo, desde 2008-2009, entre el 20-25% de las demandas que reciben son por adicción a videojuegos online.

De la misma manera, en la unidad de juego patológico y adicciones comportamentales del Hospital de Bellvitge, explican que en el año 2005, un 1% de las consultas eran debidas a la adicción a las nuevas tecnologías. En 2013, la cifra ya había llegado a un 17% y, en los últimos cinco años, el número de consultas se ha triplicado, estando todas ellas relacionadas con los videojuegos online. Realizan, sin embargo, una diferenciación entre uso problemático – que afecta entre 15-40% de los adolescentes – y adicción – que afecta entre 1’5 – 8% población -en su mayoría chicos, enganchados a los eGames multijugador.

Por otra parte, tanto Sant Joan de Déu como Bellvitge, han detectado un nuevo auge en  la adicción a redes sociales, sobre todo una dependencia de WhatsApp, especialmente en chicas, aunque no es una problemática únicamente adolescente. Sin embargo, según datos del Eurobarómetro, el 66% de las jóvenes entre 16-24 años usa dicha red social a diario.
¿Cuál es el potencial adictivo?

Tener la posibilidad de jugar desde casa, tranquilamente, encerrado en su habitación, mientras cena delante del ordenador a pesar de que su familia se halla reunida para la cena y para intercambiar sus experiencias del día. Preferir quedarse un día festivo o perder horas de sueño para jugar con personas que se hallan en el otro hemisferio, personas a las que no conoce y a las que, probablemente, nunca conocerá pero a las que llama “mis amigos”… Estos son algunos de los factores de gran poder adictivo de estos videojuegos online.

Todo esto ya está produciendo alarma social en países asiáticos – a pesar de ser uno de los mayores consumidores del producto- y se trata como un problema real de salud pública. Es, por este motivo, que se ha creado una  nueva entidad nosológica: trastorno por juego vinculado a internet (Internet Gaming Disorder).

Los videojuegos que llenan las consultas de psicólogos y psiquiatras por problemas de adicción entre adolescentes son los llamados MMORPRG (acrónimo de Massively multiplayer online role-playing game). Se trata de una versión moderna de los típicos juegos de rol – a los que jugaban muchos de los padres de los adolescentes “adictos” – pero , con la diferencia de que una multitud de jugadores, de forma asíncrona, entran en un mundo virtual y crean su propio avatar. Su “otro yo” en el mundo virtual y compite con otras personas realizando misiones o “quests” – niveles para los papás –. La satisfacción es llegar al máximo quest o nivel.
¿Todos los videojuegos son igualmente adictivos?

No, en absoluto. Existen videojuegos de distintas tipologías como:

    Juegos de acción. El adolescente interactúa con diversos elementos y ambientes. A medida que se superan niveles o quests, la dificultad para controlar la situación aumenta. El objetivo final es superar el grado máximo de dificultad. Por ejemplo: Call of Duty.
    Juegos de carreras. El adolescente conduce un vehículo por distintos circuitos para llegar a la meta venciendo los obstáculos más rápido que el resto de competidores. Por ejemplo: Need for Speed.

    Juegos de estrategia. El adolescente debe alcanzar una meta analizando la información que se va encontrando, gestionando los recursos y tomando decisiones. Por ejemplo: Command & Conquer.
    Juegos de aventura. El niño adopta el papel de un personaje que debe  superar situaciones y pruebas. Por ejemplo: Super Mario Bros.

    Juegos de deporte. El jugador se basa en las normas reales de un deporte para jugar en un entorno virtual. Por ejemplo: Pro Evolution Soccer.

    Juegos de simulación. El adolescente adopta un rol y debe de construir su propia historia, eligiendo su forma de vida. Por ejemplo: The Sims.


Algunos de los juegos que más se escuchan en las consultas de psicólogos y psiquiatras y que los propios usuarios reconocen que “enganchan” son, por orden de potencial adictivo:

    League of legends (LOL)
    World of Warcraft (WOW)
    Minecraft
    Call of duty
    Skyrim

¿Cuál es el perfil de estos adolescentes adictos a los eGames?

Se hallan entre los 14 a 18 años con algún problema asociado como puede ser un trastorno de conducta, depresión o un trastorno de personalidad, entre los más frecuentes.

Sin embargo, existen estudios que indican que entre los 9-14 años, se da un aumento importante del uso de videojuegos y hacia los 14-15 años se dan los cuadros más severos que van acompañados de dificultades emocionales.

Entre los factores de riesgo se halla desde la baja autoestima hasta aspectos biológicos que se encuentran en estudio.

Síntomas de la adicción

Según el miembro del Colegio de Psicólogos de Madrid y experto en adicciones, José Antonio Molina, estos síntomas los comparten «casi todas las adicciones» y son:

    Dificultad para conciliar el sueño debido a la sobreactivación cerebral o por “síndrome de abstinencia”.
    Alteraciones del humor.
    Desde irritabilidad hasta ira.
    Ansiedad o alteración emocional, si no se pueden conectar.
    Disminución del rendimiento académico.
    Posible fracaso académico.
    Disminución del compromiso familiar.
    Disminución de la relación con sus amigos “de siempre”.
    Interferencia con sus tareas vitales.
    Pérdida de control que produce que el adolescente pasa de entretenerse un rato a descuidar otras actividades lúdicas en que puede usar sus habilidades sociales.
    Los adolescentes no tienen conciencia de que tienen un problema lo cual puede ser crucial a la hora de afrontar el tratamiento.

Pero, a pesar de todo, el experto ha señalado que la adicción depende de la responsabilidad con la que se juegue, ya que si se usan de manera lúdica, para pasar un rato, «pueden ser un complemento más». El problema, a su juicio, empieza «si se tiene una dependencia», ya que el adolescente cada vez tendrá que jugar durante más horas para sentir la misma satisfacción.

A su vez, Molina destaca que existen dos tipos de personas más propensas a convertirse en adictos: las susceptibles y las que tienen una menor capacidad para anticipar consecuencias. También considera candidatos a estar «enganchados» a los adolescentes  con déficit en habilidades sociales, ya que «les cuesta más comunicarse y se aíslan en los videojuegos como una forma de refugiarse».
La familia ante el adolescente adicto

Según  José Antonio Molina, miembro del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid y autor del libro “SOS…tengo una adicción”, los familiares suelen tener un sentimiento de victimización y, frecuentemente, preguntan qué han hecho mal o en qué se han equivocado. Por tanto, según dicho experto, a veces los familiares necesitan su propia terapia para hacer procesos de ventilación emocional ya que está – como cualquier otra adicción – se suele ocultar.

Los consejos que se le pueden dar a la familia son:

    Instalar el ordenador en un espacio comunitario – por ejemplo, el salón o el comedor – que no permita el aislamiento ni la desconexión.
    Educar en el uso responsable de las Nuevas Tecnologías y de todos los dispositivos que tiene el adolescente a su alcance.
    Pactar cuánto tiempo y de qué manera se debe usar la red para fines lúdicos.
    Averiguar qué videojuegos están usando sus hijos.
    Negociar el tiempo de uso.
    Hacerles entender que no es una actividad que deba hacerse de forma aislada.
    No es recomendable usar el tiempo de juego como un premio o un castigo.
    Tener activo el control parental y, en caso necesario, poner una contraseña al ordenador.

Pautas a realizar para solucionar la adicción

    Se descarta el tratamiento farmacológico puesto que la psicología posee herramientas y recursos suficientes.
    Controlar los tiempos de utilización de los videojuegos y fomentar otras actividades lúdicas por parte de la familia.
    La duración semanal de la conexión al videojuego no debe superar las 20 horas. La Asociación Española de Pediatría recomienda menos de dos horas de videojuegos al día y nunca antes de ir a dormir.
    Las comidas deben hacerse con la familia y no delante del ordenador.
    Tratamiento de tipo cognitivo-conductual en el que se firma un contrato terapéutico por el cual todas las partes se comprometen a asumir obligaciones. En el caso del adolescente, empezará por reducir las horas de conexión ya que prohibir totalmente la conexión sólo sirve para generar un conflicto mayor.

¿Tienen beneficios los videojuegos?

Sí, si se usan de forma controlada y con precaución. Ayudan en:

    Aumento de la agudeza visual.
    Agudizar la actividad deductiva.
    Estimular la lógica
    Mayor rapidez de los actos reflejos.
    Aumentar la capacidad de trabar en equipo.
    Aumentar su capacidad de enfrentarse a retos.

¿Cuáles son los riesgos de los videojuegos?

    Tendencia al sedentarismo y a la obesidad ya que evitan actividades al aire libre puesto que su máximo interés es la pantalla del ordenador.

    Los usuarios comen mal, delante de la pantalla,… Tendencia a altos niveles de colesterol e hipertensión que pueden provocar enfermedades cardiovasculares.

    Alteraciones del sueño que afectan al rendimiento escolar, a la habilidad emocional y a las relaciones familiares.

    La salud mental también se deteriora ya que, al tener un estímulo permanente que crea adicción, se pierde el contacto social y puede intensificarse la posibilidad de que se enfrenten a un mayor aislamiento. De la misma manera, se observa ansiedad, irritabilidad e ira.

Signos de que un adolescente empieza a ser adicto

Si eres es el padre o la madre de un adolescente como el descrito y no entiendes porqué se pone furioso cuando le llamas a cenar, mientras se halla delante del ordenador, por ejemplo, te damos varias “pistas”. Si tu hijo cumple una o más, acude a un profesional quien te indicará el tratamiento más adecuado según la edad y gravedad:

    Busca insistentemente volver a jugar a pesar de que se le ha dicho que “no”.
    Pasa más tiempo jugando del que quisieras.
    Si tiene que interrumpir su juego, se irrita o se pone nervioso.
    Durante el último año ha aumentado sus horas de juego online.
    Los amigos “de siempre” le dicen que esta manera de jugar le traerá problemas.
    Ha dejado actividades (deportes o estudios) para seguir jugando.
    Cuando está con amigos o en la escuela está preocupado o pensando en cuándo volver a jugar.
    Su frecuencia de juego es diaria.
    Las sesiones de juego son de más de 4 horas.
    Apuesta dinero para aumentar sus sensaciones cuando juega.


Fuente siquia.com

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