Superar los traumas es posible

Todos a lo largo de nuestra vida vamos a sufrir traumas con mayor o menor intensidad. La mayoría de nosotros nos sorprenderíamos porque sin ni siquiera saberlo vamos acumulando traumas a lo largo de nuestra experiencia vital que nos afectan en nuestro presente. Lo importante es saber que estos traumas se pueden superar con ayuda y que no hace falta que los llevemos en nuestra mochila toda la vida.  Hay traumas más severos como pueden ser: accidentes, duelos, agresiones físicas, peligro de muerte o diagnóstico de enfermedades.

Como hablamos de trauma severo nos referimos a haber vivido o presenciado un hecho con peligro de muerte o que amenaza nuestra integridad física, o la de otros.  La reacción de la persona incluye miedo, sensación de vulnerabilidad o de horror intenso.  (DSM V).

También hay traumas menos severos pero no menos importantes que se llaman relacionales, que tienen que ver con cómo fuimos educados, o el hecho de que no nos dieran afecto, pasar por divorcios, fobias, ataques de pánico,etc.

Ante los traumas reaccionamos de maneras diferentes hay personas que los procesan y otras que no. Es entonces, cuando el pasado se convierte en presente.  No hace falta que hayas vivido el trauma en primera persona para que éste se pueda convertir en algo que te afecte.

El trauma afecta a nuestras emociones de tal forma que podemos sentir miedo, tristeza, enfado, culpa e ira. También puede afectar al cuerpo con dificultades para dormir, cambios en el apetito, dolores de estómago, nervios, dolores de cabeza entre otros. A veces afecta a los pensamientos,  creyendo que nunca estaremos seguros, que no podemos confiar en nadie, teniendo recuerdos o pesadillas de lo que sucedió. Y por último también puede incidir en nuestro comportamiento haciendo que evitemos lugares o nos aislemos de otras personas por miedo.

 Las reacciones de estrés son adaptativas a todos los seres humanos, pero si son repetidas, pueden provocar el Trastorno por Estrés Post Traumático (TEPT).

Quienes sufren TEPT, reviven involuntariamente aspectos del suceso traumático de un modo muy claro y perturbador. Esto incluye sentir como si estuvieran reviviendo el hecho de nuevo en el presente; pesadillas e imágenes perturbadoras intrusivas y repetitivas, u otras vivencias sensoriales del suceso.

Evitar todo aquello que recuerda el trauma es otro síntoma central del TEPT. Esto incluye personas, situaciones o circunstancias semejantes o asociadas con el trauma. Las personas con TEPT intentan a menudo expulsar los recuerdos del suceso fuera de su mente, y evitan pensar o hablar con detalle acerca de ello, especialmente de los peores momentos. Por otro lado, muchos piensan que pudieron hacer para evitar el suceso (por ejemplo, por qué les pasó a ellos, cómo podían haberlo impedido o cómo se podían haber vengado).

¿Se pueden superar los traumas?

Tengas traumas severos o menores lo importante es saber que se pueden superar. ¿Cómo? A través de psicoterapia, podemos ayudar a que dejes atrás tu pasado y te puedas centrar en el presente. Una de las terapias que han demostrado más efectivadad en el tema del trauma es el EMDR(Desensibilización y Reprocesamiento por el Movimiento de Ojos) actualmente reconocida como la psicoterapia más efectiva en el tratamiento de los efectos del trauma por la Organización Mundial de la Salud (OMS) así como por la Asociación Americana de Psiquiatria.

A través del EMDR se activa un mecanismo que ya tiene nuestra cerebro para sanar nuestras emociones recuperando nuestro equilibrio emocional y pudiendo digerir aquellas experiencias que se nos “atragantaron” por ser muy dolorosas o traumáticas.

De tal forma que cuando experimentamos un trauma, este se queda en un circuito cerrado y en bucle sin poder salir. Lo que hace el EMDR, es a través de estimular los dos hemisferios cerebrales, hacer que esta información que se ha quedado congelada en el tiempo, pueda salir y procesarse correctamente recuperando nuestro equilibrio interno.

No podemos borrar el pasado, pero sí podemos hacer que el recuerdo ya no duela y sea una experiencia más de nuestra vida, para poder vivir un presente más sano y feliz.

Via psicoemocionat.com