sábado, octubre 10, 2015

6 sencillas técnicas para disfrutar de tu vida cuando estás estresado

En mi día a día hay tan poquito tiempo de ocio que a veces se me hace muy difícil disfrutarlo. Tengo claro que si me concedieran tres deseos, el primero sería: tener más tiempo libre,

tiempo para disfrutar de mis hijos, tiempo para trabajar más pausada, tiempo para mi pareja, para meditar, para ir a correr, a comer con las amigas….TIEMPO…yo quiero tener más tiempo!. Pero tengo el que tengo, así que he decidido hacer algo al respecto y voy a compartir mis técnicas con vosotros.
La clave para una vida sana y con estrés es el equilibrio, es decir, que el nivel diario de estrés sea estimulante pero controlable.

Realmente, podríamos decir que hay dos tipos de estrés, el estrés bueno y el malo, o como dice Tim Ferriss: el distrés que es un estímulo negativo que te hace más débil, más inseguro y te incapacita para hacer cosas y el eustrés (eu- es un prefijo griego que significa “bueno”), que es el que nos permite superar nuestros límites, reaccionar positivamente ante cualquier tipo de amenaza y salir de nuestra zona de confort para crecer y mejorar.  Pues bien, se trataría de generar eustrés en nuestra vida y para ello he ideado unos pasos que ya he empezado a seguir:


1.    Haz una cosa cada vez

En el siglo XXI está de moda alardear de que somos capaces de hacer dos cosas a la vez. Algo totalmente falso si se tiene en cuenta que el nivel de atención que se presta disminuye y que aumenta la probabilidad de cometer errores. Por lo tanto, sí que podremos hacer dos cosas a la vez pero no igual de bien que si hacemos solo una.

Pero hay algo más, cuando no prestamos atención a la tarea que estamos realizando perdemos la oportunidad de disfrutar de lo que estamos haciendo. Nuestra cabeza está en demasiadas cosas a la vez y eso nos genera una sensación de malestar y de prisa innecesaria. Yo he comprobado que tardo exactamente el mismo tiempo en hacer dos tareas a la vez que hacerlas una detrás de otra. El tiempo cronometrado es el mismo pero mi sensación es muy diferente:

Cuando hago dos cosas a la vez siento estrés, me desconcentro y a veces me pierdo, olvido qué estaba haciendo.

Cuando hago una cosa detrás de la otra, mi sensación es de ir más tranquila, más relajada y disfrutando más de lo que hago.

2. Disfruta de lo que haces en cada momento

Si planchas, plancha, si estás trabajando, trabaja, si estás comprando, compra y si estás jugando con tu hijo, juega. No pienses en la actividad que tienes que hacer justo después o en lo que se te ha olvidado hacer en el trabajo. Mantén tu mente en el momento presente, en el aquí y ahora. Disfruta de lo que haces, préstale toda tu atención y verás como tu sensación subjetiva de ansiedad y estrés disminuye y aumenta tu capacidad de disfrute. Al final, vas a tener que hacer las mismas cosas en tu día a día, lo que se trata es de aprender a deleitarse con cada una de ellas.

Te invito a comprobarlo por tí mismo: elige cualquier actividad de tu día a día y préstale toda tu atención, si te vienen pensamientos no les hagas caso, déjalos pasar y vuelve a lo que estás haciendo, a qué sensaciones tienes, cómo responde tu cuerpo, cómo respiras más pausado y cómo se va desarrollando la actividad que haces. Verás qué cambio!!

3. Elimina algunas cosas de tu agenda

Prioriza, ha llegado el momento de analizar las cosas que tienes pendientes y decidir las que pueden esperar y las que pueden desaparecer. El objetivo es reducir los pendientes de tu agenda, de manera que lo que te marques cada día sea realizable. Si me planteo demasiados objetivos en un solo día, es probable que no pueda hacerlas todas y mi sensación al acabar el día será de fracaso y frustración. Si en vez de eso, hago una agenda más realista con las cosas viables que puedo hacer en un día, es probable que las acabe y al final del día me sentiré satisfecha. Seguramente, de las dos formas voy a acabar haciendo la misma cantidad de cosas, pero en el segundo ejemplo me sentiré mucho mejor que en el primero.

4. Reserva un espacio cada día para tí

Normalmente, en nuestra lista de importantes no aparece nuestro bienestar personal y eso es un grave error. Si yo estoy bien, podré cuidar de mis hijos mejor, trabajar de manera más eficaz, disfrutar de mi pareja o prestar atención a un amigo. A partir de ahora vamos a reservar un espacio para nosotros en nuestro día a día. Será un espacio para cuidarnos, podemos ir al gimnasio, ir a correr, a yoga o a caminar o simplemente respirar parando 5 minutos. Alguna actividad que implique cuerpo y mente y que nos proporcione un tiempo para estar con nosotros mismos. Da igual si un día son 5 minutos y otro día una hora, lo que importa es que pase a formar parte de tu vida. Está comprobado que el ejercicio moderado y frecuente mejora el proceso mental y el estado de ánimo.

5. No seas exigente

Partimos de la base de que la perfección no existe y no podemos abarcarlo todo. Debemos saber hasta dónde podemos llegar y en qué momento es mejor pedir ayuda. Con frecuencia, tendemos a querer hacerlo todo nosotros, sin delegar nada y además hacerlo bien o mejor que bien. Nos exigimos más de lo que podemos. No somos súper-hombres, no somos omnipresentes, no podemos con todo. Si aceptamos esto, sabremos delegar sin sentirnos fracasados por ello.

6. Focalízate en lo positivo

Tu actitud y tus pensamientos influyen mucho en cómo percibes las situaciones. Son varios los estudios que avalan que un pensamiento positivo te ayuda a enfrentar la vida de una manera más saludable y ayudan a tu sistema inmunitario, endocrino y nervioso (Estudios realizados en la Universidad de Wisconsin).

Una buena dosis de optimismo te ayudará a salir de las situaciones difíciles.

Según la clínica Mayo un pensamiento positivo afecta a la salud de los siguientes modos:

•    Aumenta la longevidad.
•    Disminuye el riesgo de depresión.
•    Disminuye los niveles de estrés.
•    Fortalece el sistema inmune.
•    Mejora la salud cardiovascular.

Solo necesitamos focalizar nuestra atención en lo bueno que nos pasa y no siempre en lo malo. Agradece lo que tienes, no te quejes constantemente y disfruta los buenos momentos. No se trata de obviar lo negativo, se trata de no prestarle toda nuestra atención.

Via psicologosantacoloma.es

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