Pacientes con depresión necesitan ser escuchados

Aún no ha sido del todo escuchada, sin embargo, hoy algunos pacientes hablan de ella más abiertamente y con menos temor al estigma. Un tatuaje con doble significado y otro como un punto y coma son las formas más recientes de hacer conciencia sobre la depresión, una enfermedad más común de lo que se cree y que para el 2020, según la Organización Mundial de la Salud, OMS, se prevé que esté entre las que más incapacidades, enfermedades y muertes produzca.

“No es una banalidad, es una enfermedad que afecta todo el entorno de la persona. Es muy subdiagnosticada. Por un lado, algunos pacientes no consultan por temor a ser señalados, otros porque piensan que la vida es así. Por otra parte, los médicos no la diagnosticamos, empezamos a justificarlos. Los pacientes llegan a los médicos generales o a los psicólogos, no a los psiquiatras. A quienes sufren depresión hay que explicarles que se trata de una enfermedad y no de decirle ‘ánimo, ponga de su parte, métase a un gimnasio’”, señaló Antonio Carlos Toro, psiquiatra docente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia.


Un desorden químico

El disbalance entre los neurotransmisores, esas sustancias que comunican las células del cerebro, es la explicación científica de esta enfermedad, y aunque las causas pueden ser variables, Johanna Patricia Valderrama Zuluaga, neuróloga del Hospital Universitario San Vicente Fundación, habla de razones genéticas, químicas, alteraciones de la tiroides, demencia o epilepsia. “La depresión es un síntoma que acompaña diversas patologías neurológicas”, señala.
Oír para identificarlo

Las señales sobre la presencia de esta patología no resultan difíciles de hallar. Los primeros síntomas dependen de la edad. En los más jóvenes, el bajo rendimiento académico, la irritabilidad, las autolesiones, los cambios en el patrón del sueño y de la alimentación, las quejas físicas sin causa como dolor de estómago, de cabeza, manifestaciones suicidas y el abuso de drogas, son algunas de ellas. En los adultos, se suman también la pérdida de la energía, del disfrute, la tristeza y la angustia.

Advierte la OMS que aunque hay tratamientos eficaces para la depresión, más de la mitad de los afectados en todo el mundo (y más del 90 por ciento en algunos países) no los reciben. “Entre los obstáculos para una atención eficaz se encuentran la falta de recursos y de personal sanitario capacitados, además de la estigmatización de los trastornos mentales y la evaluación clínica inexacta. Las personas con depresión no siempre se diagnostican correctamente, ni siquiera en algunos países de ingresos elevados, mientras que otras que en realidad no la padecen son diagnosticadas erróneamente y tratadas con antidepresivos”, concluye .


Via elcolombiano.com