La encrucijada de la adicta

 Por 26.06.15 - DANIEL ROLDÁN

Proyecto Hombre alerta de las dificultades que tienen las mujeres para lograr ayuda

El alcohol está presente en cuatro de cada diez personas en tratamiento, acompañando en muchas ocasiones otras adicciones

El camino hacia la superación de la dependencia con el alcohol, la cocaína u otras sustancias es tortuoso. El primer paso, el reconocimiento de que se tiene un problema, es el más complicado. Hay personas que tardan hasta tres lustros en reconocer que necesitan ayuda para poder seguir con sus vidas. Pero, además, si la persona con una adicción -o varias combinadas- es una mujer, la situación se complica de forma exponencial. Proyecto Hombre ha detectado que la presencia femenina entre sus más de 19.000 casos atendidos durante el año pasado, es más bien escasa: por cada cien casos, solo hay quince mujeres.



Las barreras que hay que romper para lograr que más den un paso hacia delante -«porque las adicciones afectan igual a hombres y mujeres», señala Félix Rueda, portavoz de la organización- se encuentran en el entorno de las mujeres. El qué dirán, cómo voy a confesar yo eso o el freno que supone dejar a los hijos por unas horas para acudir a rehabilitación y terapia son los problemas a los que se deben enfrentar. «Es más fácil que un hombre acabe el tratamiento que una mujer, ya que se le exige mucho más para que vuelva con la familia, los hijos», apunta Luis Bononato, presidente de Proyecto Hombre.

Incluso dar el paso para pedir ayuda se produce más tarde que el de los hombres (dos años de diferencia), al igual que en el inicio del consumo (tres años). Ellas se enganchan más al alcohol que, a nivel general está presente en el 40% de las adicciones, bien en solitario, bien en compañía de otras sustancias. «El alcohol es legal, no como la cocaína. Es fácil de obtener. En el caso de las mujeres, lo beben a escondidas en casa», subraya Rueda, uno de los responsables de este estudio anual que se realiza en colaboración con la Obra Social La Caixa.

El balance revela que las mujeres viven principalmente con su pareja (casi tres de cada diez) mientras que los hombres lo hacen en mayor proporción con sus padres (cuatro de cada diez). Además, admiten tener problemas familiares en el 75% de los casos y el 65% problemas de pareja. En cuanto a los ingresos, la principal fuente es el empleo, más en el caso de los hombres (34%) que en el de las mujeres (21,83%), que reciben más ayudas por parte de la familia o los amigos (38% frente al 33%). El estudio de Proyecto Hombre también alerta de los enfrentamientos que se provocan en sus círculos más cercanos. El índice de conflictividad familiar alcanza el 71% en las personas que ingresan. Los principales problemas se producen con la propia pareja y con los hijos. Los encargados del informe destacan que el 46% de los hombres y un 54,8% de las mujeres tuvieron problemas serios con su madre. Los porcentajes relacionados con los padres y los hermanos son similares.

Alcohol, principal problema

Por otra parte, Proyecto Hombre también establece un perfil del solicitante de tratamiento: hombre español, soltero, de 37-38 años y que vive en una gran ciudad. El nivel de estudios es bajo o no los posee y tiene como principal fuente de ingresos la red primaria de apoyo (familia o amigos) y el empleo. «Un tercio de las personas está trabajando de forma habitual. Está integrada en la sociedad», apunta Rueda.

En cuatro de cada diez casos, el alcohol es la sustancia más consumida, solo o con otras drogas. Le sigue la cocaína en un 30,5% de las personas tratadas y el cannabis en un perfil de menos edad. Los consumidores de heroína o con perfiles de policonsumo no llegan al 6% respectivamente. La vía inyectada de administración solo supone el 3% de los casos.

Proyecto Hombre alerta en su informe que el consumo problemático de sustancias no se realiza a una edad muy temprana -19,8 años-, en comparación con el inicio al consumo del alcohol; aunque sí preocupa la tardanza en confesar que hay un problema: tres lustros. No obstante, sí que empieza a notarse un cambio de tendencia en el seno de Proyecto Hombre. Cada vez es mayor el número de jóvenes que se atreven a reconocer que sus adicciones están marcando sus vidas, como el consumo de inmunosedantes en el mundo laboral, aunque este apartado se verá en estudios posteriores.

Via salud.laverdad.es