lunes, septiembre 21, 2015

Cuando el cambio depende de nosotros

Frecuentemente me encuentro en mi consulta de Psicología con pacientes que desean el cambio en otra persona, especialmente en la pareja y que manifiestan no saber ya qué hacer para que “cambien”.

Considero que las personas cometemos un error que es desear que la otra persona haga cambios para que podamos estar tranquilos, bien y ser felices, pero creo que esto es un error y voy a matizar por qué.

En primer lugar debemos preguntarnos ¿De quién depende la felicidad? La respuesta es de nosotros mismos. No podemos esperar que las actitudes de los otros sean los causantes de nuestra felicidad, ya que si no, toda nuestra vida giraría en torno a los demás y a esperar que hagan cosas que nos hagan felices. Pero pensar esto es erróneo, ya que sólo nosotros tomamos decisiones para ser feliz y por lo tanto, somos los únicos causantes de nuestra felicidad, si bien es cierto, que las circunstancias externas y las personas queridas influyen de cierto modo en ello, pero no depende de ellos.

“La felicidad no es una posada en el camino, sino una forma de caminar por la vida”  V. Frankl.

En segundo lugar, ¿Podemos “hacer” a alguien a nuestra imagen y semejanza? Y ¿Debemos hacerlo? La respuesta una vez más es no. Ni podemos ni debemos intentar que otra persona cambie como nosotros somos o como deseamos que sea. Una persona tiene su propia forma de ser, y como tal, debemos respetar su forma de gestionar las situaciones aunque no lo haga de la misma forma que nosotros. En realidad, no sabemos cuál es la forma correcta de reaccionar ante una situación y por lo tanto, cada persona actuará en función de su personalidad y características personales.

Con esto me refiero por ejemplo a una pareja. Es frecuente escuchar a un miembro de la pareja decir “necesito que cambie su actitud para poder estar bien”, pero para qué perder tiempo y energía intentando provocar un cambio en otra persona que probablemente no llegue, pudiendo pensar en cambios generados en ti que nunca te has parado a pensar que debieras hacer.

Si quieres cambios empieza por pensar y reflexionar qué puedes hacer tú para que sea diferente, probablemente generarás cambios en la otra persona sin darte cuenta. “Si quieres que algo sea diferente, haz tú que sea diferente”.

Via psicologiaenzaragoza.es

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