sábado, agosto 22, 2015

Crisis de pareja

La mayoría de las parejas suele atravesar en algún momento de su relación lo que se conoce como crisis de pareja, especialmente en aquellas con muchos años de relación. Son muchos los motivos que desencadenan una crisis de pareja, pero siempre son momentos de dudas en los que ambos se cuestionan muchos aspectos de la relación. Los conflictos sin resolver provocan angustia y confusión y, muchas veces, ambas partes se ven sobrecogidas e incapaces de solucionar los problemas que han derivado en esa crisis.

Cuando la pareja muestra dicha insatisfacción es necesario un cambio en el estado de las cosas, es decir, se necesita una transformación en el modelo de relación que mantenían hasta el momento, así como en la rutina y en el comportamiento de ambas partes. A pesar de la incertidumbre, la ansiedad y el miedo, puede ser una oportunidad para reflexionar, recopilar información y cambiar hábitos para que la pareja salga fortalecida tras la crisis.

¿Cómo saber si nos encontramos en una crisis de pareja?

Una crisis de pareja no es algo que suceda de pronto sino que se atraviesa un proceso hasta llegar a la situación de crisis. Algunos de los síntomas que denotan que nos encontramos ante una etapa de crisis son:


  •     En ocasiones, las crisis de pareja pueden llevar a pensar que no se tiene nada en común con nuestro compañero o compañera, y se puede perder el gusto y el interés por hacer cosas juntos.
  •     También es frecuente el abandono en el cuidado del cuerpo o en los hábitos, en uno de los miembros de la pareja o en ambos.
  •     La admiración inicial que se siente por nuestro compañero o compañera puede derivar en una crítica constante de todo lo que hace o dice y, además, ya no se valoran los aspectos positivos.
  •     Las diferencias en gustos o hábitos cada vez son más frecuentes y la comunicación puede tornarse despreciativa o sarcástica.
  •     Las relaciones de pareja, el deseo, la atracción y la intimidad han desaparecido.
  •     Una de las partes, o bien ambas, adopta una posición defensiva y está a la espera de un “ataque” por parte de su pareja. No obstante, las discusiones suelen ser cortas pues ninguno de los dos quiere entrar en debate.
Causas de una crisis de pareja

Durante los primeros meses y años de una relación y, principalmente, durante la fase de enamoramiento se pueden crear unas expectativas idealizadas sobre lo que queremos o lo que esperamos de nuestra pareja y de nuestra relación. El cerebro libera dopamina y a la vez se disminuye la actividad en las regiones cerebrales vinculadas con el juicio crítico. Con el paso del tiempo, la realidad sale a flote y se descubren los defectos mutuos.

Las causas más habituales son las siguientes:
  •     La pérdida del apetito sexual y de la intimidad: no es una crisis por los problemas sexuales en sí, sino por las consecuencias que estos tienen en la pareja.
  •     La existencia de una tercera persona: la existencia de un tercero que interfiere en la relación y provoca la crisis de pareja e, incluso, puede llegar a provocar la ruptura de la relación por la desconfianza y el resentimiento.
  •     Diferencias sociales, educacionales o culturales: estas diferencias pueden derivar en una visión diferente en cuanto a los valores, la concepción de la vida en pareja, el estilo de vida, etc. Y suele darse en aquellas parejas formadas por personas de diferentes países y culturas.
  •     La visión personal de la pareja: es inevitable que cada persona tenga una visión propia de la vida en pareja, así como unas expectativas diferentes. Cuando las dos partes tienen diferentes visiones personales y esperan cosas distintas de la relación, puede derivar en una crisis de pareja.
  •     La incompatibilidad de carácter: la forma de ser y el carácter de las personas pueden chocar entre sí, muchas veces derivados por diferencias sociales, educacionales y culturales.
  • Esta incompatibilidad de carácter puede desembocar en conflictos y discusiones acaloradas.
  •     Dificultad en la comunicación: como consecuencia de una mala comunicación o de una comunicación inexistente. Es decir, malos entendidos o problemas que no se han resuelto, una comunicación superficial sin escuchar de manera sincera a la pareja o, simplemente, poca disposición para solucionar conflictos.
  •     Conflicto de intereses: por razones laborales (distancia), familiares (padres o hijos), decisiones económicas, inestabilidad, enfermedad, etc.
Consejos para afrontar una crisis de pareja
  •     Aprender a escuchar y a dialogar: la comunicación sincera entre los miembros de la pareja es uno de los pilares de cualquier relación. Debemos aprender a escuchar y saber cómo se siente nuestra pareja y ponernos en su lugar. Comunicarse con la pareja cuándo surgen los problemas es fundamental, hay que solucionarlo y hablar de ello en el momento.
  •     Dedicar tiempo a la pareja es algo fundamental: si uno de los motivos de la crisis es la falta de tiempo derivada del trabajo o de la distancia, debemos encontrar los momentos óptimos para nuestra relación de pareja.
  •     Recuperar la intimidad: hay que mimar a la pareja y recuperar la pasión pérdida con la convivencia y con la rutina.
  •     Aceptar a nuestra pareja: aceptar sus gustos, sus hábitos y sus costumbres y aceptar a la pareja tal y como es sin intentar cambiarla.
  •     Aprender a utilizar los conflictos y las crisis: la mayoría de las veces un problema es una oportunidad de desarrollo personal y esto puede aplicarse también a una relación de pareja. Ante un problema o una discusión que pueda surgir, debemos ver una oportunidad de aprender más de nosotros y de la pareja y de crecer en la relación.
¿Crisis temporal o ruptura definitiva?

En función de cómo ambas partes afronten una crisis, la pareja puede salir fortalecida o bien puede suponer la ruptura definitiva. Es un momento en el que la pareja debe plantearse si quiere dar por terminada la relación o, si por el contrario, quiere solucionar los problemas que les han llevado a esa situación. Es, por tanto, un momento para hacer balanza. No obstante, en una etapa de crisis nuestro estado emocional se ve alterado por la confusión y la ansiedad, y la toma de decisiones puede ser complicada.

Via psiconet.es

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