domingo, junio 07, 2015

Ser un niño y tener miedo de todo


Muchos trastornos mentales empiezan a desarrollarse a muy temprana edad, cuando el niño todavía tiene todo un mundo por descubrir. Hablamos con la psicóloga Silvia Gabaldón López (colegiada con el número M-29038) para tratar el asunto de la ansiedad infantil

¿Por qué un niño desarrolla ansiedad? Hay niños que tienen más miedos y preocupaciones que los demás, y esto, si no se ayuda a sobrellevarlo, puede derivar en un trastorno de ansiedad. «A veces, hay una causa que lo origina, pero otras veces no», explica la psicóloga Silvia Gabaldón López. «De entre las causas podemos distinguir varias, como miedo a cosas concretas, a los perros o a una situación determinada, como, por ejemplo, el acudir a la guardería o al colegio, pues ya supone una separación de las figuras de apego», concreta.

El rol de los padres

Los padres, figuras fundamentales en los hijos, juegan un papel muy importante que puede transformarse en un tira y afloja. O sea, una escisión entre la sobreprotección y la libertad. ¿Cómo se puede prevenir la ansiedad en los niños? «Marcando rutinas diarias, con horarios establecidos para las comidas, la hora de los deberes, el juego, el baño y para dormir». Sin olvidar la autoestima de los hijos, «reforzando y elogiando todo aquello que hagan bien y evitando un ambiente sobreprotector». La psicóloga advierte que por ser hijo único «no significa que vaya a desarrollar ansiedad, pero sí que puede ser un factor de riesgo si es un hijo muy deseado, con unos padres mayores y criado en un ambiente de sobreprotección».

«Es muy importante adelantar algún cambio importante que pueda ocurrir en esa rutina diaria, como la separación de los padres, la enfermedad de algún familiar cercano...», desgrana sobre la atención en los cambios, justo antes de destacar la influencia del entorno en los hijos y en el papel que tienen los padres cuando su hijo o hija padece ansiedad.

Los entornos

Gabaldón López asegura que el entorno, tanto familiar como ambiental, tiene mucho que ver. Pero centrándose en los progenitores, la psicóloga continúa: «Los padres tienen un papel muy importante, quizá más que los propios niños, ya que ellos son los encargados de intentar normalizar la situación y poner nombre a esos sentimientos y emociones que están sintiendo». Y apostilla que «ellos son los primeros en detectar la situación y en decidir si es necesario pedir ayuda a un profesional cuando interfiere en el día a día de sus hijos».

Pero antes de nada, cabría preguntarse sí es posible que haya padres que "ignoren" la ansiedad en los niños porque, al no ser algo físico, para ellos puede carecer de importancia. «Es posible que los primeros síntomas pasen desapercibidos, pero la ansiedad suele somatizarse, es decir, se representa con rasgos físicos, como dolor de estómago (vómitos y diarreas), sudoración excesiva o mareos».

Motivos y cuidados

Hay cierta tendencia a creer que se nace con una predisposición genética para padecer ansiedad, aunque según opina esta psicóloga, hay otros factores. «Debido al temperamento, hay niños que pueden ser más inquietos o ansiosos. Aunque a veces, si en casa estos niños tienen un modelo o figura ansiosa, tienen más posibilidades de aprender este comportamiento». Por otra parte, la ansiedad en edades tempranas podría ser vista como un desafío y no como una amenaza, evolucionando y tratando la forma de abordar esta vicisitud desde un punto de vista más cercano y cariñoso porque «de esta manera, nos enfrentaríamos mucho mejor a ellas, pero sin restarle la importancia que tienen», añade Gabaldón López.

¿Es importante incentivar y elogiar al niño por sus actos y no tener siempre una actitud negativa? «Siempre hay que elogiar a los niños por sus logros, así como animarlos a hacerlo mejor cuando no lo consiguen. De esta manera estamos fomentando su autoestima, dándoles confianza en sí mismos para que puedan enfrentarse con éxito a situaciones complejas para ellos».

No obstante, se destaca también lo peligroso que puede ser exigir a los hijos, puesto que eso podría aumentar los niveles de ansiedad. «El niño puede estar constantemente preocupado por no defraudar a sus padres si, por ejemplo, sus notas no son tan buenas como ellos esperaban o si no han quedado los primeros en el partido».

¿Es tarde para tratar la ansiedad infantil?

Cuando la edad avanza y los niños no han sido tratados a tiempo o no han tenido un seguimiento, los padres pueden pensar que ya no hay solución. Pero no es así, pues «nunca es tarde para comenzar un tratamiento, ya que al igual que hay niños con ansiedad también hay adultos», pero siempre, recalca la psicóloga, «es mejor que se empiece cuanto antes».

Via gonzoo.com

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