martes, junio 02, 2015

La importancia de tener una buena audición a nivel emocional



A pesar de que pueda pasarnos desapercibida lo que supone tener una buena capacidad auditiva, sus consecuencias emocionales son lo suficientemente importantes como para detenernos a reflexionar sobre ello.

Cuando caminamos por la calle podemos encontrarnos a todo tipo de personas que utilizan gafas para mejorar su visión pero, parece que a la hora de cuidar nuestros oídos, es algo menos popular e infrecuente que los mimemos tanto como se merecen.

Es fácil detectar que nuestro oído ha empeorado cuando uno se da cuenta que necesita subir más el volumen del televisor o de la radio, cuando habla muy alto a los demás y pide que la gente le hable más alto porque no le ha entendido, pero puede llegar el momento de dejar de pedir nada porque le cuesta mucho seguir una conversación con naturalidad porque hay palabras que se le escapan al entendimento.

Como os podéis imaginar, tener una buena audición permite que uno pueda disfrutar de la risa de un niño pequeño, enamorarse de una voz o perseguir un susurro; imagínate lo que se siente cuando vas a la naturaleza y te sientes tan libre como el pájaro que desde lo alto de una rama expande sus trinos… Son cosas que llenan de vida, que alejan la apatía y nos provoca acercarnos más a los nuestros. Es un disfrutar de los sentidos gracias a poder escuchar el movimiento de la vida.

Por otra parte, también os diría que es importante poder diagnosticar a tiempo los acúfenos, porque uno puede asustarse al escuchar ruidos dentro de la cabeza y que no tienen su origen en el exterior; son ruidos que suelen estar asociados a una pérdida auditiva neurosensorial.

La pérdida de capacidad auditiva puede ocurrir a cualquier edad, no tiene una edad concreta y focalizada, pero si hay que tener en cuenta que cuanto más tarde se diagnostica, más difícil es poder prevenirla y se reducen las posibles soluciones para volver a disfrutar de la misma calidad de vida. Aún así, también deciros que en la mayoría de las ocasiones, la pérdida de audición tiene mayor incidencia con el paso de los años y con la exposición a sonidos muy altos o ruidos.

Prevenir la pérdida auditiva sólo requiere de hacerse una audiometría anual, una prueba sencilla e indolora, que no sólo puede ofrecerte seguir escuchando la vida, también te proporciona la oportunidad de evitar todo tipo de consecuencias emocionales.

¡A seguir escuchando y disfrutando de los sonidos de la vida!

Via depsicologia.com

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