sábado, mayo 23, 2015

¿Hay una única manera de vivir un duelo? ¿Qué aporta la terapia de duelo?

La terapia de duelo en Gestalt nos ofrece una manera muy útil de entender cómo cambian las necesidades según el momento representada por la “figura” que emerge frente al “fondo”. La “figura” es la necesidad que tiene la persona doliente en cada momento; el “fondo” lo constituye toda su experiencia vital que hace posible y determina la “figura.”

En un duelo hay dos momentos que son imprescindibles para atravesar la experiencia: momentos de evitación del dolor con distracciones varias, y momentos de sentir el dolor de la pérdida. Es muy importante que la persona terapeuta esté conectada con la persona doliente y sepa en qué momento está. Aunque digo que son imprescindibles, no quiere decir que así sea en todos los casos: algunas personas en duelo están inmersas en el dolor de la pérdida y, otras, en la evitación del dolor; en cualquier caso la función terapéutica tiene que ir encaminada a validar y apoyar al doliente en sus decisiones respecto a cómo quiere vivir su duelo y acompañarla para que lo pueda atravesar, a su ritmo.

    No hay una única manera de vivir el duelo y poner atención a lo que cada doliente en la sesión presenta como “figura” es la mejor manera de atravesar el duelo porque es la que necesita y quiere.

¿Quién decide y qué significa “rehacer la vida”?

Cuando pasa el tiempo, incluso para los duelos socialmente reconocidos (para los no reconocidos les ocurre esto desde el primer momento), sucede que las personas cercanas “deciden” que ya ha pasado suficiente tiempo y que, por lo tanto, la persona en duelo tiene que pasar página, tiene que “rehacer su vida” como se les dice muy a menudo; en ese momento toda persona en duelo experimenta un dolor añadido de soledad y de incomprensión; a veces también de culpa: no se siente capaz de “rehacer su vida” e incluso ni siquiera lo quiere, y siente culpa por molestar a los demás, por no querer o no poder olvidar.

Es el momento de mayor aislamiento. La función terapéutica o terapia de duelo cumple un papel primordial ya que precisamente su tarea es la de apoyar, sostener y reafirmar lo que siente la doliente para contrarrestar los efectos perniciosos de su entorno, donde ya no son bien acogidas sus expresiones de dolor; y respetar los tiempos que necesita sin juzgarlos.

¿Qué significa “empatía” en la función terapéutica?

Este apoyo de la terapeuta se da desde la reciprocidad: la persona terapeuta ha hecho un recorrido personal por sus propias pérdidas, sean éstas muertes, separaciones o carencias afectivas de la infancia. Solo de esta manera el apoyo se da desde la empatía, desde poder ponerse en la piel de su clienta porque sabe de primera mano lo que es estar ahí. ¡Y nos topamos con una feliz paradoja! Siendo cada experiencia única y exclusiva, sin embargo, y al mismo tiempo, se convierte en una experiencia universal, donde las personas nos igualamos, nos conectamos.

En el mundo de las emociones no hay diferencias, sí las hay en el cómo, con quién, cuándo, y qué implicaciones tiene para cada una. Esto es lo que tiene que escuchar una buena terapeuta para poder cumplir la función terapéutica sin incurrir en iatrogenia psicológica.

Via psicologialowcost.com

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