domingo, noviembre 30, 2014

TMS, la medicina del futuro contra la depresión y suicidio

Hay un aumento de la conciencia pública acerca de la depresión debido al caso del actor Robin Williams. Luchar contra uno de los trastornos mentales más comunes en Estados Unidos es posible gracias al tratamiento de estimulación magnética transcraneal, más conocido como TMS (por sus siglas en inglés), una nueva técnica que controla el estado de ánimo, no requiere medicamentos y no genera efectos secundarios.

Se utilizar impulsos magnéticos altamente focalizados para estimular las neuronas claves del cerebro y mejorar los síntomas de esta enfermedad, que afecta a más de 25 millones de estadounidenses, según datos de la American Psychiatric Association.

“Es un tratamiento basado en la inducción de campos magnéticos en determinadas áreas del cerebro a través del NeuroStar TMS”, describió la psiquiatra Emelina Arocha, afiliada a varios hospitales, con consulta privada en Coral Gables y miembro del Latin Community Hospital de la Universidad Nova en el programa de residencia en psiquiatría. “Este equipo se coloca en la cabeza y libera una serie de ondas magnéticas que se transforman en energía eléctrica. Los campos magnéticos generan campos eléctricos, estos penetran la corteza cerebral y actúan en determinadas áreas, activándolas y realizando cambios químicos y liberando neurotransmisores, además de otros cambios. La energía eléctrica es la que genera el cambio”.

Una investigación reciente, realizada por Neuronetics, empresa pionera en NeuroStar TMS, ha confirmado que el TMS es un gran avance para los pacientes que no consiguen resultados con fármacos antidepresivos u otras terapias. Casi dos tercios de estos pacientes responden positivamente al TMS, y casi la mitad logran la cura completa de los síntomas.

“Se aplica en pacientes con criterios de depresión mayor, que dura más de dos semanas. Esta es la depresión más frecuente en Estados Unidos. Se utiliza en pacientes a los que les han fallado los tratamientos con medicamentos, terapia de electroshock o de preestimulación”, explicó la Dra. Arocha.

El TMS es el tratamiento de preestimulación más avanzado que existe en este momento. La gran ventaja es que “el paciente viene a la clínica y se va caminando, no deja efectos secundarios como puede dejar el electroshock; y no es necesario ingresar en el hospital”, comentó Arocha.

Tras una evaluación psiquiátrica y clínica que establece el grado de depresión, se aplica la primera sesión. “Son 30 sesiones, de lunes a viernes y cada una de ellas dura entre 40 y 45 minutos”, apuntó Arocha.

El primer tratamiento es el más difícil, porque “hay que localizar dónde está el área prefrontal”, donde se encuentra el área motora para programar la máquina y enviar el estímulo. El TMS es una técnica no invasiva; se realiza de forma segura y es un procedimiento ambulatorio. En general, el TMS es bien tolerado, sin evidencia de deterioro cognitivo y con muy raras complicaciones médicas.

Los primeros resultados se aprecian después del primer mes. Dulce Suárez, paciente cubana con depresión desde el 2001, ni siquiera se levantaba de la cama hace dos meses. “Llevo 18 sesiones. Al principio, fui muy escéptica. Este tratamiento fue mi último recurso. Cuando pasó lo de Robin Williams, pensé: ‘Pronto me sucederá lo mismo’ ”, comentó Suárez, que ha padecido depresión por 11 años.

“En mi primera sesión no noté nada, alguien me dijo que mi rostro había cambiado. En la quinta sesión ya me aseaba, hacía el almuerzo, empezaba las cosas y las acababa, ya no dormía todo el día, deseaba estar con mis nietos y mi familia. Ahora la cama es solo para la noche, leo y no tengo pensamientos negativos. He mejorado más de lo que esperaba”, aseguró.

El efecto del tratamiento TMS se mantiene durante más de un año. Los últimos estudios de Neuronetics indican que los mejores resultados se obtienen cuando los pacientes mantienen sus medicamentos.

Sin embargo, “a veces los pacientes no necesitan las medicinas, mejoran solo con el TMS”, insistió Arocha. Y agregó: “Nunca decimos a los pacientes que abandonen las medicinas a menos que estas tengan efectos secundarios. En la primera consulta, buscamos el lugar exacto donde tenemos que aplicar el estímulo. Después de eso, no podemos quitar ningún medicamento porque el cerebro los está recibiendo y, si dejan de tomarlos, algo puede cambiar. Nos interesa que el cerebro permanezca igual. Antes de empezar o cuando las sesiones terminan podemos hacer modificaciones en las medicinas, no durante el tratamiento”.

Suárez tomaba cinco pastillas diarias. “Ahora solo tomo Cymbalta. Hago lo que la doctora me diga. Si dice que una, pues una. Ahora mi familia está feliz de verme bien, aunque sé que debo continuar”.

El precio del tratamiento TMS para depresión crónica severa y moderada oscila entre los 7,000 y 10,000 dólares. “El precio es equivalente al del electroshock o lo que cuestan las medicinas psiquiátricas de por vida. Y, como es nuevo, algunos seguros lo aceptan, otros no”, aseguró Arocha.

La Dra. Arocha no recomienda esta terapia cuando “hay muchos factores psicológicos implicados con una necesidad de psicoterapia para hacer frente a cosas que hay que resolver. En pacientes en que no hay muchos factores biológicos sino más bien causas psicológicas no lo recomiendo; a estos les indico psicoterapia”, concluyó. “La medicina del futuro es muy directa, sofisticada y sin muchos efectos secundarios y su efecto es el mismo que el de las medicinas: cambiar las membranas de las células y liberar neurotransmisores para activar áreas del cerebro”.•

Via elnuevoherald.com

0 comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

 
Copyright © . La Psicología de la Salud - Posts · Comments
Theme Template by BTDesigner · Powered by Blogger