sábado, septiembre 27, 2014

¿Por qué en otoño todo parece un poco más gris?

El otoño llegó el pasado martes 22 de septiembre fiel a su cita anual y lo hizo marcando estilo: con lluvia y caída de las temperaturas generalizadas. Durante casi 90 días (el otoño durará exactamente 89 días y 20 horas este año), los días se irán acortando poco a poco. El cambio de hora, que tendrá lugar el 26 de octubre, será el remate definitivo que nos devolverá al horario de invierno, con sus “largas noches”.

Las pocas horas de luz, el hecho de salir del trabajo a las 6 de la tarde y ver que ya es “de noche”, es uno de los principales motivos del que se conoce como depresión o melancolía otoñal. “La luz es un estimulante del cerebro a través de la serotonina, y con la disminución de las horas sol a nuestro organismo le cuesta más generar este neurotransmisor”, explica José Antonio López Rodríguez, vicepresidente de la Asociación Española de Psiquiatría Privada (Asepp). Asimismo, “la menor intensidad lumínica también incide en el incremento de la producción de melatonina, una neurohormona que facilita el sueño”, añade el psiquiatra.

Los síntomas de esta depresión estacional son “los mismos que en todas las depresiones, pero destacan el cansancio, el desánimo (astenia) y los trastornos del sueño”, matiza el experto. Ello se debe a los desajustes antes comentados en la producción de serotonina y melatonina. Por otro lado, las personas con mayor riesgo a sufrir este trastorno son “aquellas con predisposición a estados anímicos depresivos o que ya han pasado anteriormente alguna depresión”, alerta el doctor.

El vicepresidente de Asepp asegura que en esta época del año “aumentan exponencialmente las consultas psiquiátricas”. De hecho, en caso de padecer los síntomas antes mencionados, López aconseja “acudir al psiquiatra cuanto antes mejor, especialmente si ya se han sufrido casos de depresión en otras ocasiones”.

Consejos para superar la depresinó otoñal

En la mayoría de los casos esta depresión estacional es temporal y no llega a ser grave. Para evitar caer en la espiral de cansancio, desánimo y trastornos del sueño, es útil seguir ciertas pautas.

- Cuidar la alimentación: es recomendable seguir una dieta equilibrada y evitar caer en la tentación de comer más habitual por eso de que el “cuerpo nos los pide”.

- Realizar ejercicio: incluir en el día a día alguna actividad física es bueno tanto para el cuerpo como para la mente.

- Dormir bien: es importante dormir ocho horas diarias de forma regular.

- Mantenerse ocupado o distraído: no tener nada que hacer nunca es bueno. En el caso opuesto, es aconsejable encontrar tiempo para hacer actividades en familia, visitar amigos o realizar alguna escapada de fin de semana.

- Tomar el sol: es importante procurar que nos toque el sol al menos diez minutos cada día. Anímicamente también puede ayudar estar en estancias con mucha luz, ya sea eléctrica o natural.

Si, a pesar de todo, los síntomas persisten, es necesario acudir cuanto antes a un especialista, quien valorará el tratamiento y las pautas más adecuadas a seguir.


Via larazon.es

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