1. Ir modificando los horarios de manera progresiva durante la semana anterior al comienzo de las clases. Acostarse más temprano y levantarse antes. Modificar hora de comidas y cenas de manera paulatina. La idea es que el cuerpo y la mente se vayan acostumbrando nuevamente a las rutinas que van a comenzar.
2. Si durante el verano hemos sido permisivos con respecto a las comidas ir poco a poco volviendo a incorporar alimentos más saludables y una dieta más equilibrada. Les ayudará a rendir más en el cole y tener más energía física y mental.
3. Hablar sobre el curso que van a empezar centrándonos en destacar los aspectos positivos de la vuelta al cole: volver a ver a sus amigos, nuevas asignaturas de interés para el menor, poder jugar en el patio de mayores, posibilidad de hacer amigos si es el primer año, actividades extraescolares, etc. Motivarlos para que vayan al colegio con una actitud positiva.
4. Hacerlos partícipes de la preparación del material escolar: que nos acompañen a las compras o poner a punto el material que podemos aprovechar del curso pasado.
5. Seguir manteniendo durante un tiempo actividades agradables que han realizado durante el verano aprovechando la climatología de septiembre y que todavía no anochece temprano. Además de hacer alguna salida el fin de semana.
Via ateneapsicologia.com
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