jueves, agosto 07, 2014

El síndrome de Capgras

 El síndrome de Capgras constituye un cuadro delirante en el que se tiene la creencia de que una persona cercana (generalmente un familiar) ha sido sustituida por un impostor. El síndrome de Capgras o “ilusión de dobles”  fue descrito por primera vez en 1923 por Jean Marie Joseph Capgras y Reboul-Lachaux.

Desarrollo del síndrome de Capgras

Esta creencia delirante suele estar vinculada a una persona en concreto, y a veces involucra a varias personas, el delirio aparece ante personas por las que se tiene un afecto significativo, por lo que creer que alguien les está suplantando supone un gran impacto emocional.

Bajo este delirio se tiene la creencia de que alguien idéntico está suplantando a un ser querido, y aunque tiene las mismas características físicas y el mismo modo de actuar hay ciertos detalles que lo convierten en un extraño, lo cual causa sentimientos de miedo y rechazo ante el impostor.

Esta sensación provoca un fuerte malestar ya que la persona que padece este síndrome se pregunta constantemente por qué está sucediendo eso, y dónde está su ser querido, por qué ha sido suplantado y cuál es la intención del engaño. La situación provoca terror y sufrimiento.

La persona “sustituta” también sufre un gran impacto al encontrarse con su ser querido que lo reconoce como un impostor, enseguida puede comprender que algo grave le está sucediendo a la otra persona, y resulta complicado entenderlo, por lo que se dan explicaciones y se intenta tender a razones sin que produzcan ningún efecto satisfactorio.

La persona que sufre de este síndrome intenta alejarse y evitar al “sustituto” lo cual repercute en abandonar relaciones importantes, como dejar a la pareja con la que convive o alejarse de sus familiares.

Aparición

El síndrome de Capgras se ha llegado a asociar con la prosopagnosia (dificultad en el reconocimiento de caras), no obstante mediante pruebas neurológicas se ha observado que las personas que padecen el síndrome de Capgras tienen preservado el reconocimiento de caras, y se centra específicamente en una persona, y en algunos casos más de una persona, sin embargo, falta el sentido de familiaridad. En principio, puede aparecer a cualquier edad, hay mayor prevalencia en mujeres y puede producirse de forma temporal o crónica.

Este síndrome ha ido apareciendo con más frecuencia en las últimas décadas tanto en pacientes psiquíatricos como orgánicos. En los pacientes psiquiátricos este cuadro delirante aparece en personas que padecen esquizofrenia paranoide, trastorno bipolar o depresiones psicóticas. En pacientes orgánicos aparece en casos de Alzheimer, en lesiones cerebrales, en epilepsia, ictus y alcoholismo crónico. En todos los casos es común el componente paranoide, el cual lleva a la persona a creer que todo es fruto de una conspiración.

Su aparición suele estar asociada a síntomas psicóticos, con una aparición frecuente de paranoia, donde el individuo puede volverse agresivo al percibir el delirio como una amenaza. En algunos casos el individuo puede llegar a la duda si se le confronta con la evidencia repetidas veces.

Se han encontrado diferencias clínicas en cómo se desarrolla el síndrome, dependiendo de si su causa es orgánica o psiquiátrica, como se puede observar en el siguiente cuadro comparativo:


Causas neurológicas

Existen diferentes modelos que tratan de explicar cómo se produce el síndrome de Capgras, entre los que se encuentran los siguientes:

Modelos de desconexión                    

Este modelo sugiere que en el síndrome de Capgras hay una desconexión entre el lóbulo frontal y las regiones temporales y límbicas, provocando una alteración significativa en la familiaridad de lugares y personas, y junto al daño bilateral del lóbulo frontal, se produciría el delirio al no poder resolverse la disonancia.

Existe además una desconexión con el hipocampo no pudiendo actualizar la información con la previamente procesada, por lo que habría una reduplicación.

Modelos de lateralización

Este modelo explica que se observa un daño cerebral bifrontal y lateral derecho; una de las versiones de este modelo para darle explicación es que el daño prefrontal derecho supone un fallo en la función del ego, que media el self y el mundo, acerca de las relaciones significativas y los afectos generados, por lo que al alterar esta función cabría esperar que haya un impedimento en la respuesta emocional y, por lo tanto, al sentimiento de familiaridad; por lo que el hemisferio izquierdo reconocería al “impostor” como significativo pero diferente a la persona original.

Conclusión

El síndrome de Capgras es altamente complejo y no se relaciona especialmente con ningún modelo específico, aunque se puede explicar a través de diferentes modelos se sabe que hay una disfunción múltiple, ya que no se limita simplemente al procesamiento facial, sino que están mediando entre sí procesos cognitivos; implicados en la interpretación, la formación de creencias y la percepción de falta de familiaridad.

Referencias bibliográficas:

Madoz-Gúrpide, A., & Hillers-Rodríguez, R. (2010). Delirio de Capgras: una revisión de las teorías etiológicas. Rev Neurol, 50, 420-30.

Gallego, L., Vázquez, S., Peláez, J. C., & López-Ibor, J. J. (2011). Aspectos neuropsicológicos, clínicos y sociales de dos casos de síndrome de Capgras.Actas Esp Psiquiatr, 39(6), 408-14.

Via psiqueviva.com

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