viernes, agosto 08, 2014

Juego patológico

El juego patológico es un trastorno del control de impulsos que se caracteriza por una conducta de juego desadaptativa, que se presenta de forma recurrente y persistente. La persona que juega de forma patológica, siente un impulso irrefrenable por jugar, que le consume energía, recursos emocionales y materiales, además de ocupar la mayor parte de su tiempo, interfiriendo de forma negativa en su vida diaria.

Pero ¿Podemos diferenciar entre un juego normal y un juego patológico? Lo que marca la diferencia es la capacidad de la persona para controlar de forma voluntaria su juego. Si bien es cierto, que la percepción de la persona sobre su propia capacidad puede estar alterada (ilusión de control).

 Síntomas del jugador patológico.

    Preocupación excesiva por el juego (piensan en la siguiente vez que van a jugar y cómo van a conseguir el dinero con el que hacerlo).
    Necesidad de jugar con grandes cantidades de dinero, lo que les puede llevar a arruinarse o a robarlo.
    Incapacidad para controlar, interrumpir o detener el juego.
    Suelen mentir a su familia o amigos sobre su problema con el juego.
    Después de perder dinero en el juego, vuelven otro día para intentar recuperarlo.
    Deterioro o pérdida de relaciones sociales significativas.
    Apuesta de una cantidad de dinero superior a la planeada.

Tipos de jugadores patológicos.

Desde la Psicología, podemos clasificar a los jugadores patológicos en tres grupos:

    Jugador social o controlado: es la persona que juega de forma ocasional por entretenimiento, satisfacción o interacción social, pero controla su conducta de juego y puede dejar de hacerlo cuando lo desea.
    Jugador problema: se caracteriza por un juego frecuente o diario, en el que el jugador tiene un gasto habitual de dinero y tiene menos control sobre sus impulsos. Es una persona con un alto riesgo de convertirse en jugador patológico.
    Jugador patológico: es la persona con dependencia emocional del juego, con falta de control, que no puede frenar su impulso de jugar. Su rutina diaria se altera y su vida familiar, personal y social se ve afectada.

Es en el caso del jugador patológico, cuando se debe buscar ayuda psicológica para superar el problema.  Se abordarán todos los aspectos implicados en el juego, modificando las creencias erróneas que interfieren con el problema, así como los problemas asociados.

Via psicologiaenzaragoza.es

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