sábado, julio 12, 2014

Cuando el trabajo enferma


De las incapacidades laborales, 4% son originadas por cuadros como el estrés en el trabajo. Un problema del que hay que ser conscientes.

Apenas hasta hace poco más de una década comenzaron a considerarse los aspectos psicosociales como factores de riesgo profesional, pero desde la antigüedad las crisis de estrés han tenido un papel decisivo en las labores de los seres humanos, aunque el concepto “estrés” apenas surge a mediados del siglo pasado cuando fue documentado por el biólogo Hans Selye.

Fue a partir de los años noventa cuando el término se puso de moda, cuando muchos investigadores comenzaron a estudiar el fenómeno cada vez más frecuente en quienes desarrollan cargos laborales de mucha presión.

Los aspectos psicosociales principiaron a considerarse factores de riesgo laboral al comprobarse que comprometían el rendimiento de los empleados, afectando en últimas la rentabilidad de las empresas.

Consideradas por muchos las enfermedades del siglo XXI, se han ido caracterizando una serie de males que tiene la particularidad de afectar más a los profesionales de altos cargos y que en realidad se derivan de dos patrones iniciales: el estrés y la ansiedad
La diferencia

Como explica el psicólogo Douglas Peluffo, el estrés es una activación fisiológica del sistema nervioso central, que se genera cuando el cerebro detecta un estímulo como amenazante que lo desborda de sus recursos. “En ese momento el cerebro envía una señal al sistema nervioso que lo activa y aparece el estrés”.

El estrés como tal no se considera negativo. De hecho, es necesario como mecanismo de protección del organismo y muchas veces hace que las personas sean más eficientes y con mejores respuestas a ciertas tareas. El problema está cuando se vuelve cotidiano, se presenta semanalmente o incluso diario, pues implica un gran agotamiento de energía para el organismo, lo que provoca la aparición de anomalías como el cansancio extremo, falta de concentración, alteraciones del ánimo, depresión o inmunodeficiencia, entre otras.

Por su parte, la ansiedad se presenta como la condición de anticiparse al futuro. La viven aquellas personas que constantemente están pensando en lo que aún no ha ocurrido: en esas tareas que tienen por hacer, en los correos que no han leído, en la reunión que tienen al otro día, sufriendo desde su presente todos estos actos que son del futuro.

De ambas condiciones –ansiedad y estrés– se derivan las enfermedades psicolaborales más comunes que están afectando a los trabajadores en la actualidad.

Adictos al trabajo

Este cuadro afecta a quienes consideran el trabajo como el centro de su vida. Llegan a casa a seguir trabajando o pensando en el trabajo, sueñan con él e incluso en vacaciones no descansan por estar pendientes de este, confundiéndose su vida personal con la profesional.

Aunque en un principio puede verse como una gran motivación con respecto al trabajo, a la larga puede llevar a la pérdida de estabilidad emocional por la ansiedad que genera esta obsesión que va más allá de lo normal y por el ansia de poder y de control que se mantiene en la búsqueda del éxito.
La gripe del yuppie

También conocido como síndrome de fatiga crónica. Se le llamó gripe del yuppie porque afectaba especialmente a jóvenes ejecutivos bajo grandes cargas de estrés, aunque en realidad este mal ya sobrepasó esta frontera.

Se caracteriza por causar una fatiga severa con aparición de dolores de cabeza, irritabilidad, dolores musculares, sensación de cansancio permanente y pérdidas de memoria, todos ellos síntomas similares a los de un resfriado.

Burn Out

Expresión con la que se denomina al síndrome de desgaste profesional. Este se presenta también como consecuencia de un cuadro de estrés prolongado.

El mayor agotamiento en los empleados no proviene de lo que hacen, sino de lo que está pendiente por hacer.

Puede asociarse con la depresión, especialmente en psicólogos, médicos y profesionales que tienen contacto con personas que se enfrentan a altas metas enfocadas a encontrar soluciones a problemas vitales, con jornadas prolongadas que generan cuadros de fatiga e impotencia y que los lleva finalmente a perder el interés por su trabajo.

Tecnoestrés

Relacionado con las personas que trabajan permanentemente rodeados de aparatos tecnológicos (computadores, Internet, celulares, dispositivos móviles), genera desde dolores en cuello, espalda, ojos y manos hasta adicción a la tecnología.

Se presenta en especial en jóvenes que ven la tecnología como el centro de vida, que sueñan con el computador, extrañan el celular en los momentos de descanso, se obsesionan por adquirir lo último en el mercado hasta el punto de desencadenar una inestabilidad emocional.

Factores de riesgo

Ambiente de trabajo: cómo es la empresa. El tipo de autoridad que se maneja en ella. El tipo de empleo: si es por obtención de resultados.

La personalidad del empleado: personas muy perfeccionistas, con niveles altos de autoexigencia, que no toleran pedir ayuda y siempre quieren hacer todo por ellos mismos. Personas que en su vida personal no tienen otros espacios para liberarse del tema laboral.

Fuente: Douglas Peluffo Hoyos. Sicólogo.

PREVENIR MEJOR QUE CURAR

1. Buscar otro tipo de espacios: que el trabajo no sea el único aliciente en la vida.
2. Romper la rutina mientras se trabaja: oxigenar el día laboral con variaciones que ayuden a recobrar energías.
3. Mantener una dieta saludable: para recuperar las energías que se queman con el estrés.
4. Desconectarse del trabajo al llegar a casa: no permanecer frente al computador o el dispositivo móvil.
5. Plantear cambios si es necesario: si no se está de acuerdo con la filosofía de la empresa en la que se trabaja o se está  insatisfecho, es mejor replantearse  continuar con este empleo y buscar alternativas.

Fuente sura.com

0 comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

 
Copyright © . La Psicología de la Salud - Posts · Comments
Theme Template by BTDesigner · Powered by Blogger