lunes, diciembre 23, 2013

¿Por qué los niños le temen al fracaso?


La sociedad ha marcado una tendencia importante hacia una cultura del éxito (exitismo), a ser los mejores, en busca de la superación a los ojos de los demás. Los niños no se escapan de esta preferencia, y no es extraño que esto se refleje en ansiedad, porque no pueden alcanzar los objetivos que se esperan de ellos.

Para la psicóloga con especialización en Problemas de Aprendizaje Lourdes Vega, los niños no han podido alcanzar la madurez necesaria  o las competencias en aspectos importantes para el aprendizaje, por lo tanto vemos que se presentan síntomas de ansiedad que se manifiestan en:

    Falta de concentración
    Memoria muy afectada
    No hacer nada. Apatía ante las clases y las tareas
    Pensamientos repetitivos y angustiosos
    Preocupación constante
    Dificultades para dormir o conciliar el sueño
    Comer demasiado o falta de apetencia
    Ver mucha TV para no pensar
    Problemas de estreñimiento o de diarrea

La especialista advierte que los niños sienten temor al fracaso, dado que los padres no les dan “el permiso” para que eso suceda sin que se sientan mal. “Vemos entonces que el miedo a sacar malas notas se presenta de manera permanente, principalmente por no hacer sentir mal a sus papás”.

La especialista enumera algunos castigos que aplican los padres, con prohibición para que el niño practique, por ejemplo: El deporte en general, la música, el teatro.
También se le castiga con cualquier actividad en que el hijo sobresalga (lo que hace sentir bien al progenitor),  o con amenazas con no celebrarle su cumpleaños o con la no llegada de “Santa” en Navidad.
Los padres cometen el error de decirle con frecuencia a sus hijos cosas como:

¿Por qué sacaste esta nota si estudiamos para un 5?
Papá y mamá se sienten muy tristes por estas notas.

Lo que se consigue con eso es que los niños presenten problemas de ansiedad, inseguridad y baja autoestima; y en muchas ocasiones se les escucha decir que “se merecen” que lo castiguen porque “le traje una mala nota a mi mamá o papá” y “mis papás se sacrifican mucho por mí”.

También se sienten frustrados, no motivados, deprimidos y con grandes dudas acerca de sí mismos y con temor a perder el amor de sus padres “por sus malas notas”.
La presión de las redes sociales

Cada día los niños viven más presionados para ser competitivos, pero en muchas ocasiones no logran las habilidades necesarias para lograr el aprendizaje, generalmente por falta de métodos y programas de enseñanza realmente adecuados y orientados, destaca Vega.

Según la psicóloga de Centro Especializado para el Aprendizaje, Voz, Audición y Lenguaje (CEPAVAL), esta situación, que no solo se mantiene sino que ha ido en aumento y que se profundiza por las redes sociales, hace que los niños se vean “expuestos” ante todo el mundo a causa de sus dificultades, haciendo que se lastime o se disminuya su autoestima y la seguridad en sí mismo.

“Es necesario aclarar que no estamos proponiendo la cultura de la mediocridad o que no sea deseable la cultura de la superación, todo lo contrario”, advierte Vega.

Se debe reflexionar sobre la importancia de cambiar nuestras actitudes y que empecemos a ver los “fracasos” o las “notas malas” de nuestros niños no como algo terrible, sino como una oportunidad de aprendizaje, ya que es de esa manera como los ayudaremos realmente a  construir una autoestima fuerte, basada en sus propios esfuerzos y en  la certeza de que los amamos por lo que son y no por lo que logran o no, añade Vega.

Es nuestra responsabilidad, si queremos que sean niños seguros de sí mismos y con una adecuada autoestima que sepan que nos sentimos orgullosos de ellos y que se vale equivocarse porque los ayudaremos a superar sus dificultades sin decirles que nos han desilusionado, reiteró la especialista.



Fuente medicamagazine.com

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