sábado, julio 13, 2013

Ejercicio físico, ansiedad y depresión

A partir de los años noventa, en Estados Unidos, se realizan estudios cuya conclusión revela que la falta de ejercicio, junto con otros hábitos malsanos, esta relacionado con la aparición de diversas enfermedades, algunas de las cuales se encuentran entre las causas de muerte más frecuente en dicho país.

Después de numerosos estudios, parece suficientemente demostrado hoy día que el ejercicio físico moderado practicado de forma continuada es imprescindible para mantener una buena salud y constituye un factor fundamental a la hora de disminuir el riesgo de ciertos padecimientos, sobre todo en el ámbito de la patología cardiovascular. Pero últimamente también se ha llegado a la certeza de que constituye, además, un elemento curativo comparable a otros tratamientos efectivos para ciertas enfermedades.

Con respecto al tratamiento de la depresión y la ansiedad, sabemos que el ejercicio aeróbico produce secreción de hormonas y neurotransmisores que mejoran el estado de ánimo y reducen el estrés.

La contracción muscular que se produce en actividades como el yoga, caminar, nadar, etc. aumenta los niveles de serotonina, neurotransmisor relacionado con las emociones y cuyo déficit produce estados depresivos, ansiedad, trastornos del sueño, etc.

Se ha demostrado que el ejercicio físico ayuda a mejorar el estado de ánimo tanto en personas con depresión y ansiedad como en aquellas otras que no las padecen. Un estudio demuestra que después de 3 años, quienes andaban a diario tenían un 33% menos de síntomas comparados con las personas que no realizaban dicho ejercicio.

En otro estudio realizado sobre Antiguos Alumnos de la Universidad de Harvard, se demostró que quienes quemaban de 1000 a 2500 calorías a la semana realizando actividades aeróbicas, reducían el riesgo de depresión en un 17%.

Esta cifra se incrementaba hasta el 28% si se quemaban más de 2500 calorías a la semana. Se ha demostrado, también, que para los casos leves, el ejercicio puede ser tan eficaz como la medicación, aunque no se ha determinado el tipo de ejercicio ni la frecuencia exacta. Hoy día sabemos que quienes realizan una actividad aeróbica 3 veces a la semana mejoran más que quienes lo hacen sólo una.

Pero además del entrenamiento aeróbico, en otro estudio se demuestra que también el entrenamiento de resistencia puede ser también útil para el tratamiento de los estados depresivos. Se ha determinado que los programas de ejercicios de 10 semanas mejoran la ansiedad, preocupación y miedo. Y algo que es de sentido común, los programas combinados con ejercicios y técnicas de relajación son mucho más efectivos. Basándonos en las evidencias científicas actuales, se puede afirmar que la práctica regular del ejercicio físico reducen el riesgo de padecer ansiedad y depresión, incrementa los sentimientos de autoestima y mejora la capacidad para afrontar el estrés.

Via sofrodynamiaysalud.com

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