lunes, julio 22, 2013

Consejos para una Vuelta de Vacaciones Libre de Estrés

Volver de vacaciones suele dar pereza a muchas personas y hay a quiénes incluso asusta un poco, generalmente más por lo que creen que van a encontrar a su regreso que por lo que luego encuentran en realidad.

Sean temores reales o infundados, es cierto que la vuelta al trabajo después de un período vacacional supone un cambio brusco en nuestra vida y que, si no la gestionamos de forma adecuada, puede hacer que casi olvidemos las vacaciones a las pocas horas de haberlas terminado.

¿Qué se puede hacer entonces para evitar esta poco deseable situación y disfrutar de una vuelta de vacaciones libre de estrés?

Estos consejos pueden ayudarte:

    Relativiza: Has estado de vacaciones, ¿cuántos días? ¿una semana? ¿dos? ¿un mes? ¿Y que ha pasado en ese tiempo? Poca cosa. Todo sigue más o menos como lo dejaste. Probablemente algún tema se ha solucionado solo y algún otro ha empeorado durante tu ausencia pero, en líneas generales, no ha habido grandes cambios. Sí, hay mucho trabajo acumulado pero con eso ya contabas. Lo importante ahora es no perder la calma. Para ello, empieza por responderte con sinceridad a esta pregunta: ¿Qué pasaría si en lugar de haber vuelto hoy de vacaciones no volvieras hasta mañana? Exacto. No pasaría nada


    Recupera el control: Ahora que sabes que podrías no estar aún de vuelta en el trabajo y que el mundo seguiría avanzando a pesar de ello, es el momento de recuperar el control. Es muy importante no confundir recuperar el control con intentar sacar en un día todo el trabajo acumulado en tu ausencia. Recuperar el control es simplemente procesar tu email junto a todas esas otras cosas que se han amontonado sobre tu mesa pero, esto es importante, procesarlas no es hacerlas. Procesar es tomar decisiones y dibujar con ellas tu mapa de opciones, el inventario completo de todas las cosas que tienes que hacer. La ventaja de procesar como paso previo a hacer es que, cuando termines, además de tener claro todo lo que has decidido que tienes que hacer, habrás borrado o tirado muchas cosas, delegado otras, archivado muchas y completado otras tantas

    Gana perspectiva: Echar un vistazo al mapa de opciones que acabas de dibujar puede ser un tanto deprimente, ya que lo normal es que contenga trabajo para varios días, probablemente incluso para varias semanas. Sin duda alguna, ni todas esas cosas son igual de importantes ni las consecuencias de hacerlas o no son las mismas. Ganar perspectiva significa tener claro, para cada una de esas cosas, qué pasa si decides no hacerla o hacerla más adelante. Te guste o no, el día tiene las horas que tiene y da para lo que da, así que lo importante es elegir bien qué vas a hacer en esas horas y, en consecuencia, qué vas a dejar sin hacer o vas a hacer más adelante

    Trabaja por lotes: Una vez tienes claro qué vas a hacer y por dónde vas a empezar, intenta agrupar tareas similares. Una de las ventajas de haberlo procesado todo antes de empezar a hacer es que agrupar cosas es sencillo, ya que puedes verlas todas a la vez. Si por ejemplo tienes que hacer varias llamadas de teléfono, hazlas todas juntas, una tras otra. Del mismo modo, si tienes que responder varios mensajes de correo, respóndelos uno tras otro. Aunque pueda no parecerlo, perdemos un montón de tiempo “saltando” de una tarea a otra. Consolidar tareas parecidas, o que requieren una misma herramienta, te ayuda a ser una persona más productiva

    Tómate un respiro: Ya hemos quedado en que podrías no haber vuelto aún de vacaciones y el mundo seguiría girando, así que no intentes hacerlo todo hoy como si no hubiera mañana. Intercala descansos breves con frecuencia. Ponerte de pie, mirar un rato a lo lejos o estirarte un poco ayudan a no agotar las energías tan rápido. Estas aparentes “pérdidas de tiempo” contribuyen a tu productividad mucho más de lo que piensas

    Acaba pronto: Recuerda que hoy es tu primer día y que podrías no haber vuelto hasta mañana… Aunque la tentación sea fuerte, no intentes terminar en un día todo lo que se ha acumulado durante las vacaciones. Si has ganado la perspectiva necesaria, te resultará sencillo identificar las acciones clave que debes hacer hoy. Quédate ahí. Mañana seguirás. Termina pronto y vete a casa. El “curso” es largo y no debes agotar toda la energía acumulada durante las vacaciones el primer día

    Aprovecha la inercia: Si sigues los consejos anteriores, verás que mantener el control sobre las cosas que van apareciendo en tu radar y obtener perspectiva regularmente sobre las implicaciones de decidir hacer, hacer antes o no hacer unas cosas u otras, no solo te permite sacar adelante mucho trabajo importante sino que evita que aparezca el desasosiego y sensación de estrés típica de la vuelta al trabajo. Aprovecha para seguir trabajando de esta forma y conviértela en hábito. Recupera el control y gana perspectiva cada cierto tiempo y verás como sigues trabajando sin estrés por muy atrás que hayan quedado las vacaciones.

Via optimainfinito.com

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