viernes, mayo 17, 2013

Una relación de pareja no es una formación estática que continua invariable a lo largo de los años. La relación es un proceso dinámico, que va cambiando y en el que pueden surgir conflictos y problemas.

Atravesar una crisis en una relación de pareja, entra dentro de la normalidad y si se supera, la relación suele verse fortalecida ya que los dos miembros han dedicado tiempo a hablar y a reflexionar sobre la situación. También puede ocurrir que ante una crisis, los miembros de la pareja se encuentren bloqueados y no sepan como solucionar el conflicto.

Cuando la pareja no puede salir por sí misma de una situación conflictiva, es el momento de buscar ayuda profesional. A veces la rabia y la frustración, hace que se eclipsen la complicidad y las ganas de reencontrarse con la otra persona.

En una terapia de pareja, el psicólogo actúa como mediador; puede ver desde fuera dinámicas nocivas en la relación, que la pareja no alcanza a ver y proporcionar una serie de herramientas que ayuden  a resolver las dificultades de una forma más asertiva.

Muchas veces, debido a los múltiples intentos fallidos de comunicación, la pareja opta por “no comunicarse” y cuando lo hace, se producen una serie de errores que llevan a una forma de relacionarse hostil, crítica y a la defensiva. En la terapia se ayudará a lograr un mayor entendimiento, a discutir las situaciones en un ambiente de calma y a intentar entender al otro, dejando a un lado las críticas y las interpretaciones de lo que el otro dice. En definitiva, para que el proceso de la terapia tenga éxito habrá que trabajar en primer lugar, en mejorar las habilidades de comunicación.

Los problemas más habituales que nos solemos encontrar son:

-         problemas de comunicación

-         dependencia emocional

-         discusiones continuas

-         problemas de convivencia

-         problemas sexuales (desgana, apatía…)

-         problemas económicos y de administración

-         conflictos con las familias políticas

-         celos

-         infidelidades

En otras ocasiones, puede que uno de los miembros presente una patología que esté afectando a la relación como por ejemplo, un problema de alcoholismo o de celos patológicos (obsesivos). En estos casos se tratará de forma individual a la persona que presente el trastorno (siempre con la colaboración del otro), para posteriormente poder realizar una terapia de pareja efectiva.

Terapia de pareja y separación

 También es frecuente que acuda a la consulta una pareja que no desea continuar con su relación, pero que se ven incapaces de tomar la decisión de separarse por miedo a lo que les deparará el futuro. Una separación siempre es dolorosa y estresante, ya sea de común acuerdo o porque uno de los miembros lo haya decidido así.

Una terapia de pareja puede ayudar a minimizar el impacto emocional que genera una separación.

Cuando hay hijos de por medio, es muy importante mejorar la comunicación para poder tomar decisiones y llegar a acuerdos de una forma equilibrada y respetuosa.

Cuando la decisión de separación sea irreversible, se intentará negociar una separación sana y lo menos traumática posible.

Para que la terapia de pareja sea efectiva, se necesita compromiso, voluntad y buena disposición por ambas partes.

Via psicia.wordpress.com

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