lunes, abril 01, 2013

Trastorno explosivo intermitente

La característica fundamental de este trastorno es la aparición de episodios aislados de impulsos agresivos, que suelen dar como resultado conductas violentas hacia los demás o de destrucción de objetos.

 La persona reacciona, de una forma excesiva, ante ciertas situaciones con una ira descontrolada, experimenta una sensación de alivio durante el arranque de rabia y luego siente remordimientos y sentimientos de culpa por sus acciones.

Un pequeño incidente puede desencadenar este episodio de agresividad desmedida, pasando después a un estado de ánimo deprimido y de culpa. Este “ataque”, como lo  describen muchos de los pacientes, suele remitir rápida y espontáneamente.

En ocasiones, pueden culpar a los demás. Ej. “es que mi mujer me puso muy nervioso porque no me escuchaba y eso me hizo saltar…” Este mecanismo de defensa lo utilizan para no tener que reconocer su responsabilidad del acto violento, aunque el sentimiento de culpa posterior, suele ser característico de este trastorno.

Caso real

Juan tiene 30 años, está casado y está a punto de tener un hijo. Él reconoce que este problema lo ha tenido siempre, pero que con los años ha ido a más. “A veces me asusto de mi mismo” manifiesta llorando. “Me da miedo llegar a golpear a mi mujer violentamente”. En la adolescencia tuvo varias peleas violentas. Actualmente describe así su trastorno: “ante algo insignificante como que mi mujer no me conteste a la primera cuando le hago una pregunta, noto como si se me encendiera un interruptor y noto una sensación interna que no puedo controlar, lo único que me alivia es gritar, dar portazos y destrozar todo lo que encuentro en mi camino… Mientras descargo toda mi ira estoy bien, pero a los pocos minutos me quiero morir, me siento como un animal y me siento muy culpable cuando hago a mi mujer llorar. Ella no se merece esto… Nunca le he puesto una mano encima, pero a veces me asusto de mi mismo y  más ahora que estoy a punto de ser padre…”

Juan se siente víctima de su impulsividad y sufre mucho cuando no puede controlar esa agresividad, sintiéndose muy avergonzado por ello.

Complicaciones

Este trastorno del control de impulsos puede dar lugar a distintas complicaciones como son:

-         La pérdida del puesto de trabajo

-         Separaciones o divorcios

-         Accidentes de tráfico

-         Dificultades sociales

-         Problemas legales

El trastorno explosivo intermitente es un trastorno poco estudiado, ya que su diagnóstico solo se establece cuando se han descartado otras patologías que puedan explicar la agresión como pueden ser: el trastorno límite de la personalidad, trastornos de conducta, episodios maniacos etc. Las primeras manifestaciones suelen darse antes de los 20 años y es más frecuente en hombres que en mujeres. Algunas mujeres han informado de un aumento de los síntomas de este trastorno durante el síndrome premenstrual.

Tratamiento del Trastorno explosivo intermitente

El tratamiento de este trastorno suele combinar la psicofarmacología y la terapia cognitivo conductual.

Es importante entrenar a la persona en técnicas psicológicas que ayuden a controlar esa impulsividad. Aprender a reconocer las sensaciones y signos fisiológicos que se tienen antes de tener esos impulsos, detectar las situaciones que desencadenan la conducta agresiva, aprender a generar conductas alternativas… son algunos de los elementos que se abordarán en la terapia y que ayudarán al paciente a tener mayor grado de conciencia y control de sus accesos de ira.

El uso de alcohol u otras drogas está totalmente desaconsejado, ya que puede hacer que se pierda el control con mayor facilidad.

También es muy importante la participación activa de la familia o de la pareja durante el tratamiento.

Via psicia.wordpress.com

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