¿Sabes si padeces fomo?

El miedo a perdernos cualquier evento o no enterarnos de la más mínima novedad de nuestro entorno ya ha sido bautizado

Inicio-perfil/perfil-inicio. De manera compulsiva, revisas el tablón de Facebook para comprobar si se han producido novedades mientras repasas Twitter, hablas por el teléfono fijo para asistir a un cumpleaños y contestas desde el washapp de tu iPhone a tus amigos para decirles que no podrás quedar a cenar como cada jueves. Al colgar, el pánico se extiende de pies a cabeza. La extraña sensación de estar perdiéndote algo más no te permite pensar en lo que te apetecía asistir a la celebración de dentro de unas otras. Tranquilidad. Eres un afectado más del fomo, lo último en trastornos psicológicos.

Esta extraña y nueva acepción no es otra cosa que el acrónimo inglés de fear of missing out, dejar de lado lo que tenemos porque nuestra ansiedad no nos permite disfrutarlo, sino que nos hace estar pensando en lo que nos estamos perdiendo. Cada vez más personas sufren esta fobia, ¿eres tú uno de ellos? Descúbrelo.

Cómo saber si padeces fomo

-Tienes una dependencia absoluta a las redes sociales que te hace revisar constantemente las actualizaciones de tus contactos.

-Vives pendiente del teléfono móvil y esperas impaciente a que suene. Lo mismo te ocurre con el correo electrónico.

-Un día tienes más de un plan y te obsesiona y provoca ansiedad pensar en lo que te perderás al no poder asistir a todos los lugares donde han requerido tu presencia.

-Envías mensajes constantes a tus familiares y amigos en busca de novedades y planes para no quedarte fuera de ninguno.

-En una fiesta, el sólo hecho de imaginar que estás perdiéndote una conversación te hace padecer angustia y no deja que te concentres en la que estás viviendo.

La sensación de que nuestra vida no es todo lo buena que podría ser es el principal motivo que nos hace sufrir este miedo. Cuando lo experimentamos, tenemos la sensación de que podríamos ser más felices de lo que somos si pudiéramos abarcarlo todo y no perdernos nada.

La solución a esta nueva y peculiar patología roza lo simple: relájate y disfruta. Céntrate en el presente, en lo que vas a vivir seguro, y destierra de tu cabeza lo que podrías estar haciendo. Sólo si aprendes a disfrutar de lo que tienes evitarás ser una víctima de lo que podrías haber tenido.

Fuente: parasaber.com