miércoles, febrero 09, 2011

¡Conserva la calma en todas las circunstancias!

Cuando vives una situación de estrés profesional, cuando te enfadas con tu pareja o cuando tu hijo te saca de quicio, es muy difícil mantener la calma, especialmente si todo a tu alrededor se altera, ¡como tú! ¿Cómo mantenerse sereno frente a cualquier problema?

Siempre ocurre lo mismo: cuando estás estresado o enfadado; cuando una pequeñez se desliza por la mecánica bien organizada de tu vida, ¡es imposible que mantengas la calma! Es el pánico lo que empeora esta situación. ¿Cómo aprender a desapegarse, a responder mejor a esta tensión que te invade para solucionar lo que te contraría? Regla número uno: ¡cálmate!

Dosifica las emociones

Tu vida está conducida por momentos más o menos estresantes, más o menos felices y más o menos previsibles. Para enfrentarte a ellos, es necesario que aprendas a controlarte, a dosificar las emociones, las reacciones y a no hundirte cuando un obstáculo aparece en tu camino. Así, cuando estés atascado en un embotellamiento o al borde de una crisis de nervios porque tus hijos llevan gritando una hora, la solución no es ponerte a gritar como un histérico.

Aquí te presentamos algunos consejos para mantener la calma cuando crees que el cielo se te va a caer encima: tómate un tiempo para respirar profundamente antes de decir o hacer cualquier cosa. Después, intenta ser lo más objetivo posible: analiza la gravedad de la situación, piensa en recursos que puedes utilizar para afrontar el problema y en las soluciones que adoptarás para resolverlo. Si consigues hacer esto, significa que vas por buen camino.

¡Déjate ayudar!

Piensa también en la relajación, ya que te permitirá aprender a encontrar la calma en todas las circunstancias. Existe un gran número de técnicas muy variadas, en grupo o individuales y en casa, en el trabajo o en un curso especializado. La respiración, los estiramientos y el trabajo sobre las sensaciones corporales forman parte de los ejercicios típicos de relajación. Éstos pueden cambiar tu manera de comprender y solucionar los acontecimientos difíciles.

Debes ser realista; no eres Superman, ni Wonderwoman, así que si un problema te supera, no dudes en acudir a alguien del exterior. Si reconoces tus límites y compartes tus obstáculos con los demás, te resultará más fácil solucionarlo la siguiente vez. Relativiza también tus errores y las dificultades con las que te topas, pues forman parte de la vida. No obstante, si te resulta realmente difícil relajarte y te sientes angustiado muy a menudo, medita la opción de consultar con un especialista.

Calma y calidad de vida

En algunas ocasiones, es bueno dejarse llevar un poco, ya que te permite obtener lo que quieres, pero debes saber que si te controlas y conservas la calma, esto te aportará una calidad de vida mucho mejor. Sobre todo en un mundo donde todo es rápido, donde el silencio es raro y donde es difícil encontrar un momento de tranquilidad.

No te olvides que el pánico sólo favorece el pánico, ¡así que declínate por una actitud zen! ¡Verás cómo mejora tu bienestar y el de las personas que te rodean!
Marion Capeyron

Fuente bienestar.doctissimo.es

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