Como todos sabemos o queremos creer la Navidad y su llegada, son un tiempo de alegría, de paz y de una serie de sentimientos que, según se cree, siempre son totalmente positivos.
Nada más lejos de la realidad ya que la Navidad en realidad viene a ser un acontecimiento que, lejos de generar gozo y relajamiento, puede llegar a afectar la salud psicológica de muchas personas.
No quiero transmitir que la Navidad es una época mala, nada más lejos de realidad, pero sí que los índices de estrés y ansiedad se disiparan en estas fechas.
¿Por qué?
Primero mucha gente se ve saturada por el excesivo trabajo que supone esta época, que además de ocupar el tiempo en su vida laboral en sí, tienen que comprar regalos, obsequios o cuadrar la agenda.
Precisamente por este cúmulo de actividades o circunstancias, muchas personas no disfrutan de la Navidad, alejándose del verdadero sentido que tienen estas fiestas, y de los sentimientos positivos que éstas pueden generar.
Debemos afrontar los días más importantes de Navidad con tranquilidad, relajación, alegría y entusiasmo.
Se debe tener presente que, lejos de ser un compromiso, la Navidad debe suponer un tiempo de gozo y alegría, un momento para compartir sincera y relajadamente con familiares, amigos y compañeros.
Planificar lo que tenemos que hacer, de tal forma que podremos aprovechar mejor los ratos libres que podamos tener.
No te desesperes con los regalos y, sobretodo, ¡no los dejes para el último momento!
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