También afecta a la psicología de las personas con excesivo sobrepeso

El Departamento de Psicología de la Universidad Pontificia realizó un estudio que emparentaba los problemas de sobrepeso con la depresión, autoestima y el apoyo que perciben de la sociedad los estudiantes. Una de las responsables del estudio, María Ángeles Gómez, asegura también que la mayoría de los trastornos alimentarios tienen un alto componente de baja autoestima

No solo de pan vive el hombre. Una frase que en el tema del sobrepeso y la obesidad adquiere un matiz importante. El autoestima, la depresión y el apoyo que perciben de la sociedad desciende cuantos más kilogramos pese el cuerpo. La obesidad no solo trae problemas físicos, sino también psicológicos.

A esta conclusión llegaron desde la Universidad Pontificia de Salamanca con un estudio encabezado por la profesora de psicología María Ángeles Gómez. Con una muestra de más de cien adolescentes los datos fueron “muy contundentes”. En cuatro grupos de personas en función de su peso, desde bajo hasta obeso, trascendió que los que tenían un peso por encima de lo normal tenían síntomas depresivos e, incluso, depresión moderada en el caso de los obesos.

En esta misma línea, también comprobaron que a medida que aumentaba el peso, disminuía la autoestima. “El mito del gordito feliz es simplemente eso, un mito”, aseguraba María Ángeles Gómez. El apoyo social que perciben desde el exterior también es menor, algo directamente emparentado con el autoestima y la depresión, aunque puede que no sea cierto. “Pueden pensar que si le hacen caso es por pena. Aunque la realidad me diga que no, yo sigo con esa idea”, asevera la profesora de la Universidad Pontificia.

De lo que no hay datos relevantes es en otro estudio sobre la posibilidad de que los niños y adolescentes con sobrepeso y obesidad sufrieran bullying. “No parece que los chicos con sobrepeso estén sufriendo más bullying pero sí los niños que puntuaban con síntomas depresivos leves o moderados”, dice María Ángeles Gómez. Al final todo está emparentado.

Este hecho, ya de por sí alarmante, se convierte en una “barbaridad” si se piensa en la escalada que la obesidad está teniendo en casi toda Europa, España entre ella. Puede que en un futuro, si no se le pone remedio, pueda haber cerca de la mitad de adolescentes con sobrepeso en las aulas de colegios, institutos y universidades, con todo lo que ello conlleva también en el factor psicológico.

Baja autoestima

Con respecto a los adultos, María Ángeles Gómez, también afirma que detrás de los trastornos de la alimentación suele haber detrás una baja autoestima. “Se maneja la negatividad a través de la comida. Me doy cuenta de que mientras como no pienso en otra cosa”, comenta. Y luego toca ponerse a dieta que, normalmente, promete milagros, lo que es potencialmente peligroso.

Por ello, opina la profesora de Psicología, este ámbito también tiene mucho que decir en los problemas de sobrepeso y obesidad cada vez más comunes en la sociedad. Primero porque la autoestima y la ansiedad puede llevar a trastornos alimenticios y, después, porque, para salir de ellos, hace falta una fuerza de voluntad que necesita ser enseñada.

También, por supuesto, instituciones y familias pueden hacer más para solucionar el problema que, por regla general, lo intentan con campañas que los alumnos ven como una asignatura más por lo que, aunque aprende, no cambia su conducta. “Hay que trabajar con las familias, con el lenguaje y los valores que estamos transmitiendo a nuestros hijos. A veces ves a un niño gordito comerse un helado y piensas cómo le dejarán sus padres sin saber si ha comido antes. Tenemos tendencia a criticar”.

Las instituciones gubernamentales, además, deben favorecer hábitos saludables. “No hay que obligar a comer un día verduras, hay que enseñar a comerlas. No hay que obligar a hacer deporte, hay que enseñar a crear el hábito de hacerlo. Hay mucho por hacer”, dice para concluir con otro estudio realizado en Estados Unidos. “Alrededor de los colegios, la mayoría de los establecimientos son de comida rápida. En las cafeterías, la mayoría es comida basura. Ya puede ir alguien con una campaña luego cuando en el día a día se encuentran con eso”.

Via salamanca24horas.com