La androfobia, ¿Por qué se tiene miedo a los hombres?

La ansiedad y el miedo en si, no son algo nocivo para el ser humano, nos ayudan a alertarnos ante una situación de peligro y por tanto a reaccionar dentro de lo posible. El problema se produce cuando se convierten en algo irracional que nos condiciona la vida negativamente.

No es lo mismo sentir angustia cuando, en pleno vuelo, se produce alguna situación de emergencia que sentirla siempre que se va a coger un avión, incluso días antes de hacerlo. A esto se le llama fobia. Se pueden adquirir por aprendizaje, es decir, es posible que en su infancia, haya observado un comportamiento excesivamente temeroso por parte de sus progenitores, hacia algo o alguna situación en concreto, por lo tanto a usted le llega la información de que aquello es un peligro y aprende a tenerle pánico.

También se adquieren a partir de un hecho traumático, como quedarnos encerrados en un cuarto oscuro, ser mordidos por un animal o sufrir un atraco. Una vez que la fobia se ha adueñado de nuestra voluntad intentaremos evitar la situación temida, obteniendo así un rápido bienestar ficticio, que lo único que conseguirá es ir aumentando nuestro grado de ansiedad cada vez que debamos enfrentarnos a la misma. Estaremos reforzando nuestro miedo.

entro del mundo de las fobias, existen algunas menos conocidas, pero no por ello menos frecuentes, como es el caso de la androfobia. En este artículo intentaremos explicar en qué consiste, porqué se produce y que tratamiento es el más indicado. Estamos hablando de un miedo irracional a los hombres que puede resultar un gran obstáculo en las relaciones laborales y sociales de quien lo padece.

¿Por qué se produce la androfobia?

Lo sufren mayoritariamente las mujeres, aunque también los hombres pueden padecerla. La raíz de esta fobia suele estar en algún hecho traumático vivido, cuyo principal protagonista, obviamente, ha sido un hombre. Podríamos estar hablando de violación, abusos psicológicos y físicos, una pésima relación con la figura paterna… e incluso puede producirse por razones culturales (Cuando la mujer es educada para ser sumisa y obediente) y también pueden causar este problema algunos trastornos mentales. La persona es consciente de que todos los hombres no son una amenaza real, pero aún así, no puede evitar sentirse estresada.

¿Qué síntomas se producen cuando se enfrentan al encuentro con un hombre?

El malestar puede ser tanto físico como psicológico, y se suelen manifestar en todas las fobias, los más frecuentes son:

    Palpitaciones
    Temblores
    Sudoración excesiva
    Sensación de mareo
    Dolor en el pecho
    Náuseas
    Pánico
    Ansiedad extrema
    Pérdida del control

En algunos casos los afectados pueden llegar a vomitar e incluso a salir literalmente huyendo de la situación temida o decidir encerrarse en casa para evitar encontrarse con hombres en su día a día.

¿Androfobia y misandria significan lo mismo?

En absoluto, la androfobia es un problema clínico mientras que la misandria es el odio o desprecio que sienten algunas mujeres por el hombre. En el primer caso es algo que la persona no desea sentir, mientras que en el segundo es elegido. Se puede decir que es una respuesta a la misoginia y machismo que prolifera en la sociedad, la mujer llega al convencimiento de que no necesita la existencia del género masculino por ser considerado estúpido y nocivo.

¿Existe un tratamiento eficaz para la androfobia?

Absolutamente sí. Es posible que, si la persona presenta un cuadro de ansiedad grande, en un principio le sean recetados algunos medicamentos para paliarla y conseguir que el paciente entre en un estado de serenidad adecuado. Una vez conseguida cierta estabilidad, el terapeuta intentará averiguar la causa de su miedo patológico y utilizará la desensibilización sistemática para conseguir que desaparezca la fobia.

¿En qué consiste la desensibilización sistemática?

Es una técnica que se utiliza para reducir las respuestas de la ansiedad.se pretende que el paciente aprenda de manera automática una respuesta incompatible con la ansiedad. Estaríamos hablando de la relajación. Esta técnica puede utilizarse de dos maneras:

    En vivo, cuando la situación que nos produce pánico se puede reproducir con facilidad, como montarnos en un ascensor, visitar un hospital, eventos sociales….
    En imaginación, si por ejemplo tenemos fobia a padecer una enfermedad o a las tormentas, para afrontar la situación, debemos recrearla en nuestra mente.

En la fobia que nos ocupa podemos utilizar ambas maneras, imaginando encuentros con hombres o acudiendo a eventos y forzarnos a hablar con ellos.

¿Cuál es el procedimiento a seguir en la desensibilización sistemática?

Es importante tener claro que podemos superar el miedo patológico que nos impide tener una vida normal, igual que en su momento aprendimos a sentirlo ante la situación que nos mortifica. Para ello es importante combatir la ansiedad que nos provoca, y nada mejor que las técnicas de relajación, respiración y visualización. Cuando nos sintamos lo suficientemente tranquilos iniciaremos el proceso de visualización, el cual consiste en ir imaginando aquellas situaciones que nos provocan miedo. Lo haremos de manera gradual, desde las que nos hacen sentir levemente molestos, hasta aquellas que nos provoquen un gran estrés. Debemos imaginar estas escenas con todo lujo de detalles para que nos parezcan lo más reales posibles, esto puede provocarnos un cierto estado de ansiedad, que deberemos reducir, relajándonos nuevamente. En el momento en que la situación recreada nos deje de provocar angustia, podremos pasar a la siguiente. Se recomienda hacerlo durante treinta o cuarenta minutos para que el ejercicio sea efectivo, y siempre empezar por la última escena imaginada que hemos conseguido superar.

Una vez que consigamos dejar atrás el miedo en unas cuantas escenas, es recomendable probar a hacerlo en la vida real. Es muy importante realizarlas con estímulos que tengamos ya bastante superados, porque de no ser así, podemos experimentar un enorme grado de ansiedad que fortalezca aún más la fobia en vez de aminorarla.

Como siempre les decimos, es una estupenda opción ponerse en las manos de un buen terapeuta. Un profesional que le ayude a entender lo que le sucede, y a avanzar ,con el tratamiento más adecuado para usted, y al ritmo que necesite.

Fuente gabinetedepsicologia.com