Haz un inventario con tus recursos
Para lograr un objetivo también tienes que hacer balance desde un punto de vista realista de cuáles son tus puntos fuertes y tus recursos para poder lograr esa meta. Dentro de este balance, analiza también tus áreas de mejora para poder hacer cambios de cara a adquirir más competencias.
Sé realista
Uno de los mayores problemas es el que surge de perder la objetividad. Una cosa es soñar despierto y otra muy distinta, buscar objetivos alcanzables que son los que de verdad causan ilusión y satisfacción. Una persona puede terminar aplastada en medio de sueños muy altos.
Adapta tus objetivos a tu situación
Vive tu realidad presente. Y dicha realidad está marcada por tu situación actual. Conviene ser flexible para adaptar los objetivos vitales a tu realidad cotidiana marcada por el aquí y el ahora. En un futuro tu situación puede cambiar pero tienes que jugar tus cartas del juego desde tu posición presente.
Reduce tus deseos
Reduce el número de deseos para poder acotar tus verdaderas ilusiones en un marco de acción más concreto. De lo contrario, puedes terminar desbordado por tantas cosas al no establecer una jerarquía clara entre todas ellas.
Existen deseos que en realidad, quedan eternamente como puros deseos porque de una forma consciente no quieres llevarlos a la realidad. Por tanto, también conviene diferenciar entre metas realistas y sueños que quieres que alimenten tus fantasías.
Márcate plazos
Todos los objetivos adquieren mayor realismo cuando los limitas en el tiempo y los acotas a una fecha concreta.
Via psicoblog.com
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