La violencia psicológica está incluida dentro de lo que se conoce como violencia doméstica o de género y en general es uno de los primeros estadios del círculo de maltrato del cual la víctima más común es la mujer. Se trata de una forma de violencia mucho más sutil y silenciosa que la física, que busca aniquilar la autoestima de la víctima.
Es un maltrato lento y progresivo, un trabajo psicológico que incluye agresiones verbales, menosprecio, humillación, chantaje, manipulación, etc. y termina destruyendo completamente la identidad de la víctima y haciendo que esta dependa emocionalmente de su maltratador.
En general, el hombre violento no comienza el círculo de la violencia doméstica dando una trompada a su víctima, sino que primero las manifestaciones son más sutiles.
Los celos y el control, por ejemplo, son también uno de los indicios iniciales de una persona violenta. Cuando en las parejas jóvenes la mujer está feliz porque su novio la cela permanentemente y la llama todo el tiempo para ver dónde está y que está haciendo, hay que encender una luz de alerta. Porque esto puede dejar de ser simpático y romántico, para trasformarse en obsesivo y patológico.
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